Valor e Intercambio

Como las personas se esfuerzan por mejorar su condición, intercambian bienes y, en este sentido, crean las condiciones necesarias para la aparición de los precios. Los precios son simplemente una consecuencia no intencionada de la búsqueda humana por mejorar la propia vida.

En una economía desarrollada, la satisfacción de los deseos puede obtenerse no sólo con bienes de uso, sino también con bienes de cambio.

La meta de la economía humana es conseguir un mayor control sobre los medios para satisfacer las necesidades humanas. Empezamos por las necesidades más inmediatas, pero gracias al ahorro y a la inversión, podemos avanzar y ascender a partir de ahí.

La contribución de Menger es famosa más allá de la economía austriaca, porque fue uno de los trabajos fundamentales de la teoría del valor subjetivo y del análisis marginal.

Los seres humanos no tienen escalas de valores constantes, sino que cambian sus objetivos constantemente a medida que cambia el mundo que les rodea. Este hábito de cambiar de objetivos no convierte al consumidor en «irracional».

La «eficiencia» ha pasado de ser un término útil de análisis y perspicacia a ser poco más que otra advertencia de que el gobierno está a punto de estafarte con otro plan de redistribución.

¿Los enormes planes de redistribución de la riqueza como el nuevo plan de Biden realmente hacen que la gente esté mejor? Algunas personas obtendrán un beneficio neto. ¿Cuántas son? ¿Cuántos millones tendrán una pérdida neta? El gobierno no tiene ni idea.

El concepto marxista de explotación surge de una profunda pregunta que se hizo Marx: ¿Por qué los capitalistas ganan intereses?

Sin la suposición de la teoría laboral del valor de un precio natural que explique lo que «realmente» sucede bajo el velo de la oferta y la demanda, no hay mistificación implicada en la producción capitalista.

La afirmación de que «los bienes públicos financiados por los impuestos pueden hacer que todos estemos mejor» es sólo eso: una afirmación. Como demostró Rothbard, no hay ninguna razón para suponer que los consumidores pagarían por estos servicios si no se vieran obligados a hacerlo a través de los impuestos.