Ludwig von Mises entendió que, cuando se trata del movimiento de capital y mano de obra a través de las fronteras de los Estados-nación, solo la ideología de la libertad y el libre mercado puede conducir a una colaboración pacífica y fructífera entre Estados y sociedades.
Hace catorce años, cuando Portugal descriminalizó la mayoría de las drogas ilegales, los defensores de la guerra de la droga afirmaron que la medida llevaría a Portugal al caos. Hoy en día, Portugal tiene la segunda tasa de mortalidad por drogas ilegales más baja de Europa y no hay señales de caos en el horizonte.
En esta brillante monografía, Rothbard da la vuelta hábilmente las mesas sobre los partidarios del gran gobierno y su mandato para el control de la investigación y el desarrollo en todas las áreas de las ciencias duras.
Al igual que Argentina y Venezuela, la economía de Grecia está plagada no sólo de problemas institucionales, sino de un anticapitalismo omnipresente que paraliza continuamente la capacidad de los griegos para crear riqueza y una economía sólida.
Hoy en día es habitual que los gobiernos midan la prosperidad económica con indicadores del PIB. Sin embargo, las numerosas reglas arbitrarias y las suposiciones erróneas que hay detrás de estas medidas desvirtúan nuestra visión de cómo crecen las economías y mejoran los niveles de vida.
FedEx y UPS han anunciado recientemente que no entregarán algunas mercancías que pueden utilizarse para fabricar armas. Estas compañías deberían ser libres de hacerlo, al igual que todos los propietarios deberían ser libres de decidir con quién hacen negocios.
La historia de la intervención es tan antigua como los gobiernos y el comercio, y aunque los detalles cambian, la narración básica sigue siendo la misma.
Los acuerdos de seguridad colectiva permiten a los políticos de muchos países trasladar el coste de la defensa nacional a los contribuyentes de fuera de sus países. Riesgo moral, beligerancia y excesiva dependencia de soluciones militares suelen ser el resultado.
Hasta el final, Eugen von Böhm-Bawerk defendió la razón y la lógica del mercado contra las apelaciones emocionales y los razonamientos defectuosos de quienes deseaban utilizar el poder y el gobierno para adquirir de otros lo que no podían obtener mediante la libre competencia.
