A medida que la economía se deteriora lentamente, la deuda de los consumidores aumenta. Mientras tanto, la Reserva Federal sube los tipos de interés para hacer frente a la inflación que ha provocado. Esto no acaba bien.
Ya no hay más conejos que los magos monetarios de la Fed puedan sacar de sus sombreros. En una economía adicta a unos tipos de interés artificialmente bajos, cualquier nuevo movimiento de la Fed desencadenará una recesión económica.
Aunque muchos economistas afirman que los altos niveles generales de deuda pueden provocar recesiones económicas, el gasto público irresponsable y la expansión monetaria son los verdaderos culpables.
Los gobiernos hacen dos cosas: crecen y privan a los ciudadanos de su riqueza. Ese proceso no ha cambiado desde hace más de un siglo en los EUA.
La pasión política por la «justicia social» está creando un mayor problema del aprovechado y un problema de injusticia.
Cuando se trata del techo de deuda, los partidos políticos son irrelevantes, y el reciente drama del techo de la deuda, fue poco más que una farsa.
2022 fue una señal de alarma que desmontó el mito de la eterna monetización de la deuda con baja inflación. Es hora de ser serios. El elevado gasto deficitario no es una herramienta para el crecimiento, sino una herramienta para el amiguismo y una carga para el futuro.
Socialistas como Bernie Sanders y los editores de Jacobin han denunciado el posible impago de la deuda de gobierno de EEUU. Marx y Lenin habrían estado en total desacuerdo.
La «Ley de Responsabilidad Fiscal» de los Republicanos permite al gobierno seguir añadiendo billones de dólares de deuda que serán monetizados por la Reserva Federal.
Contrariamente al mito aún vigente sobre el recorte presupuestario republicano, no existe correlación alguna entre el control Republicano de DC y la trayectoria del gasto federal.
