Libertad: sofocada por el síndrome de Estocolmo
«Cuando quiera y como quiera que se instituya [el gobierno], el pueblo debe cederle algunos de sus derechos naturales para conferirle los poderes necesarios». (énfasis añadido)
—John Jay, «Federalista nº 2»
«Como la respiración, [el gobierno] no puede depender de nuestra voluntad. La necesidad lo impondrá a todas las comunidades de una forma u otra».
—John C. Calhoun, Disquisición sobre el gobierno