Mises Wire

El caso por la abolición de las agencias reguladoras

Las agencias reguladoras no son necesarias y en realidad retrasan cualquier bien que se supone que deben prevenir o mitigar. En este ensayo daré tres ejemplos.

Los Centros para el Control de Enfermedades

La justificación subyacente de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) es que una agencia federal tiene la capacidad de reunir rápidamente toda la información médica correcta y legítima sobre un tema, cribar los datos y recomendar medidas adecuadas y oportunas. A primera vista, se trata de una empresa ridícula. La información médica está muy dispersa entre los especialistas de todo el mundo. Es imposible que un solo organismo sepa lo que es cierto, lo que es falso, lo que es apropiado o lo que es mejor.

Los conocimientos médicos evolucionan constantemente. La medicina nunca es una «ciencia establecida», y nunca lo será. (La muerte de George Washington fue agónica porque sus médicos siguieron la «ciencia establecida» que recomendaba sanguijuelas para mejorar un enfriamiento grave). Lo mejor que podemos hacer es permitir un mercado libre en la investigación médica y la atención al paciente, y luego dejar que el individuo decida qué es lo mejor. Al fin y al cabo, esto no es más que la libertad basada en la propiedad de uno mismo. Esta conclusión sería la misma si los del CDC no fueran corruptos, sino ciudadanos honrados que intentan cumplir su mandato.

Sin embargo, sabemos que el poder corrompe, y lo hemos visto demostrado hasta el horror con las sanciones a respetados investigadores y médicos que no estaban de acuerdo con el enfoque recomendado por los CDC. Ahora nos enteramos de que estos respetados investigadores y médicos tenían razón y que las recomendaciones de los CDC, que se convirtieron en diktats, eran perjudiciales.

La Administración de Seguridad y Salud Ocupacional

La Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA) es poco más que un chanchullo mafioso. Se digna a entrar en un lugar de trabajo y encontrar infracciones de seguridad que dan lugar a multas. La agencia se enorgullece del «hecho» de que se autofinancia. Pues lo mismo ocurre con el chanchullo mafioso. Si una empresa no está de acuerdo con las conclusiones de la OSHA, puede solicitar una audiencia... con la propia OSHA. Entonces la empresa será declarada culpable de todos modos, y la multa será aún mayor.

Como todas las agencias de este tipo que se fundan para encontrar prácticas inadecuadas, más vale que los agentes de la OSHA encuentren prácticas inadecuadas. De lo contrario, la agencia no tiene razón de ser y sus empleados se quedarán sin trabajo. Al igual que ocurre con las prácticas médicas, no existe una norma de seguridad establecida. Nunca la ha habido y nunca la habrá. Las empresas tienen un incentivo de mercado para proporcionar seguridad en el lugar de trabajo a fin de conservar a los buenos trabajadores y evitar demandas por negligencia.

Los empleados no están encadenados a su puesto de trabajo y pueden marcharse a entornos más seguros cuando lo deseen. Los mejores exámenes de seguridad externos los realizan las compañías de seguros, que tienen un gran interés en reducir las lesiones de los trabajadores que dan lugar a reclamaciones al seguro. Existe una sana competencia entre las compañías de seguros para mantener bajos los honorarios y las reclamaciones. Así funciona el libre mercado.

El Banco de la Reserva Federal

Uno de los muchos mandatos de la Reserva Federal es garantizar que los bancos siguen prácticas bancarias seguras. Cumple este mandato con «exámenes» periódicos. Estos exámenes funcionan de forma muy parecida a las inspecciones de seguridad de la OSHA. Las prácticas bancarias inseguras dan lugar a multas y pueden llevar incluso al despido de los directivos. Como en los dos ejemplos anteriores, no existe una definición clara de lo que es una práctica bancaria segura. Nunca la ha habido y nunca la habrá. Si estos exámenes funcionaran, no habría grandes colapsos bancarios.

Sin embargo, desde el nacimiento de la Fed en 1913, los Estados Unidos ha sufrido una crisis bancaria tras otra. Bancos grandes y pequeños quiebran o deben ser rescatados con dinero federal año tras año, a pesar de los exámenes de la Fed. La propia Reserva Federal es la mayor fuente de problemas bancarios a través de su expansión monetaria, la supresión de los tipos de interés y el coste innecesario y oneroso del cumplimiento de la normativa, que consigue muy poco. Los bancos mal gestionados quiebran, al igual que los restaurantes, las empresas automovilísticas y todos los demás negocios privados mal gestionados. ¡Acabemos con la Reserva Federal!

Seguridad y salud compiten en el mercado con otros bienes económicos

No sólo los conceptos de lo que es seguro y lo que es saludable evolucionan constantemente, sino que éste es un mundo de escasez y riesgo. Así pues, los esfuerzos por mejorar la seguridad y la salud deben competir por sus limitados recursos con otros bienes económicos. Por ejemplo, ¿se hace un chequeo médico periódico? Si es anual, ¡genial! ¿Por qué no se hace uno dos veces al año? ¿Con qué frecuencia va al dentista? ¿Conduces un coche con los últimos dispositivos de seguridad, incluso los que no exige el gobierno, como airbags laterales? ¿Por qué no? Porque tienes otras necesidades económicas que satisfacer, como comida, ropa y vivienda.

Además, no existe una norma universal sobre cómo disponer de los escasos recursos de cada uno. Es una preferencia personal que cambia constantemente. Es ilógico obligar a los contribuyentes a financiar organismos que se dignan a tomar esas innumerables decisiones por nosotros. Esas decisiones deben competir por nuestro patrocinio en un mercado en constante cambio.

Sin duda es una revelación humillante para todos los pequeños dictadores de las agencias reguladoras gubernamentales, que estoy seguro combatirán con todos los recursos a su alcance. Nada menos que sus puestos de trabajo, pensiones y prestigio están en juego. Lástima, digo yo. Que ofrezcan sus habilidades en el mercado libre y añadan capital real a la economía para la mejora de todos, como cada uno considere oportuno para sí mismo.

image/svg+xml
Image Source: Adobe Stock
Note: The views expressed on Mises.org are not necessarily those of the Mises Institute.
What is the Mises Institute?

The Mises Institute is a non-profit organization that exists to promote teaching and research in the Austrian School of economics, individual freedom, honest history, and international peace, in the tradition of Ludwig von Mises and Murray N. Rothbard. 

Non-political, non-partisan, and non-PC, we advocate a radical shift in the intellectual climate, away from statism and toward a private property order. We believe that our foundational ideas are of permanent value, and oppose all efforts at compromise, sellout, and amalgamation of these ideas with fashionable political, cultural, and social doctrines inimical to their spirit.

Become a Member
Mises Institute