La libertad puede perderse así como también los beneficios de la acumulación de capital. La estructura de capital bien desarrollada no está dada. Puede ser erosionada por los bancos centrales y por las políticas y regulaciones gubernamentales.
La austeridad no tiene por qué ser dolorosa cuando la contracción del sector público se acompaña de la expansión del sector privado. Por lo tanto, la solución real radica en fomentar un mayor progreso en el espíritu empresarial y la propiedad privada.
La aprobación de un impuesto a la renta a principios del siglo XX en los Estados Unidos fue un cambio enorme hacia un Estado mucho más centralizado y poderoso.
Una tasa de interés «neutral» no puede observarse mediante ninguna prueba estadística o política pública. Pero los banqueros centrales están seguros de poder encontrarla y utilizarla para jugar sin cesar con la economía.
Si todos los bancos centrales hubieran respetado un piso del 1-2% de los tipos de interés en la última década, ¿cómo se habría producido la recuperación económica y cuál habría sido la naturaleza de la expansión?
