Una sociología de la ley basada en Robinson Crusoe
¿Cómo puede la gente afrontar los conflictos de forma pacífica y de mutuo acuerdo? Mises, Hoppe y el propio Robinson Crusoe nos indican el camino.
¿Cómo puede la gente afrontar los conflictos de forma pacífica y de mutuo acuerdo? Mises, Hoppe y el propio Robinson Crusoe nos indican el camino.
Con demasiada frecuencia, los libertarios han equiparado la libertad con el comportamiento atomista, al tiempo que trataban a las instituciones privadas con desprecio. Esto acaba de llegar: las instituciones privadas son cohesivas, no destructivas.
El senador Joe Manchin ha accedido a apoyar un «Build Back Better» lite que, según sus defensores, reducirá la inflación, nos dará un mejor clima y «se pagará por sí mismo» mediante controles de precios e impuestos. Tal vez deberíamos desconfiar de tales «victorias» políticas para las élites políticas.
Tras destruir la economía agrícola de Sri Lanka, los del Gran Reinicio instan ahora a la gente a comer insectos para combatir la escasez de alimentos que las autodenominadas élites han provocado.
La noticia de que Starbucks va a cerrar dieciséis tiendas por motivos de seguridad de los clientes pone de manifiesto la falta de protección policial en las ciudades y los problemas de permitir la permanencia de personas no clientes en las tiendas.
El gobierno del Reino Unido utiliza medios coercitivos para promover sus dudosos objetivos de «diversidad e inclusión». Al final, la libertad retrocede mientras el poder del Estado aumenta.
Aunque la monarquía divina pueda parecer ilógica o arcaica, tuvo un gran impacto económico positivo en la sociedad que los historiadores han pasado por alto.
Si se menciona el rastafarismo, lo más probable es que nos venga a la mente el reggae, rastas y Bob Marley. Sin embargo, el rastafarismo ayudó a los jamaicanos oprimidos a resistir la opresión del colonialismo.
El estado de la economía no es bueno. Powell lo sabe. Yellen lo sabe. La mayoría de la gente en el mundo real lo sabe.
Los economistas neoclásicos tienen una visión rígida de los productores monopolistas. Los austriacos reconocen que los únicos monopolios que crean problemas han sido alimentados por la intervención del gobierno.