La lección de la condena a Trump
El caso contra Donald Trump era totalmente ridículo. Sin embargo, fue condenado de todos modos. Los opositores al establishment político deben entender por qué.
El caso contra Donald Trump era totalmente ridículo. Sin embargo, fue condenado de todos modos. Los opositores al establishment político deben entender por qué.
Uno de los problemas a la hora de presentar conceptos económicos al público es que demasiadas personas del mundo académico no comprenden la simple presencia del coste de oportunidad.
David Gordon reseña How to Run Wars, de Christopher J. Coyne y Abigail R. Hall. Su tono es satírico, dirigido a mostrar la insensatez y la corrupción que marcan las políticas de las élites de la política exterior.
Se ha vuelto dolorosamente obvio que no revertiremos la actual marcha hacia el estatismo «eligiendo a las personas adecuadas». La revolución violenta tampoco es la respuesta. Tenemos que cambiar la mentalidad occidental, antes de que sea demasiado tarde.
Contrario a la creencia popular, las agencias reguladoras no mejoran la calidad de nuestras vidas, ni proporcionan seguridad o protección. Deben suprimirse, ya que el libre mercado proporciona sus propias formas eficaces de regulación.
El furor entre las élites académicas y los multiculturalistas es la insistencia en que no se puede aplicar el análisis económico occidental a culturas diferentes. Sin embargo, Ludwig von Mises insistía en que la economía es una ciencia universal.
Los políticos, apoyados en charlatanería económica como la teoría monetaria moderna, creen que no tienen limitaciones fiscales cuando nos imponen sus visiones. Pero los costes son reales y la realidad económica se impone tarde o temprano.
A pesar de que la gente abandona California y Nueva York en masa debido en gran parte a sus ruinosos impuestos, las autoridades estaduales siguen la pista de estos emigrantes y les exigen que sigan pagando los impuestos estaduales. Directo de Orwell.
Para la mayoría de los americanos, el debate gira en torno al tamaño que debe tener el Estado benefactor. Pero, ¿por qué está ahí el Estado benefactor?
Mientras los progresistas intentan redefinir el racismo para adaptarlo a las fantasías políticas modernas, debemos fijarnos en ejemplos históricos de discriminación étnica para comprender mejor nuestra situación actual.