Medios y cultura

La tarea que tenemos por delante es demostrar que, cualesquiera que sean los sacrificios necesarios para lograr una toma de decisiones más localizada, la centralización es demasiado peligrosa para continuar.

El daño económico y social causado por los confinamientos en Alemania ha recaído en gran medida en los jóvenes, especialmente porque los trabajadores mayores tienen la mayoría de los trabajos seguros y lucrativos del gobierno.

¿De qué clase de liberalismo estamos hablando?

[Este artículo es un extracto del capítulo 3 del Classical Liberalism and the Austrian School. La numeración de las notas a pie de página difiere de la original.] Hayek sobre los intelectuales y el socialismo F.A. Hayek estaba muy preocupado por...

Vivimos en un mundo habitado habitualmente por intelectuales antimercado y aquellos que han absorbido sus enseñanzas. El continuo florecimiento de esta clase de intelectuales sigue siendo un rompecabezas y un problema para los liberales clásicos.

Una de las críticas habituales al punto de vista del libre mercado es que trata a los individuos como átomos aislados que ven a otras personas sólo como medios para la consecución de sus fines egoístas.

Gracias a los bancos centrales, la gente ahora cree en el mito de que es posible paralizar la economía y todo irá bien si imprimimos mucho dinero nuevo.

La organización Black Lives Matter afirma explícitamente que busca «desbaratar» la «estructura familiar nuclear». En esto, BLM no es diferente de otras innumerables organizaciones inspiradas por Marx que buscan destruir la familia como parte del «patriarcado».

Los estadounidenses han estado comprando muchas armas por miedo al crimen y a los disturbios este año. Esto sugiere que la causalidad crimen-armas es lo contrario de lo que dicen los controladores de armas. En lugar de decir «las armas causan el crimen», deberíamos decir «el crimen causa las armas».

Muchos libertarios se centran en la libertad económica como medio para conseguir la libertad para todos. Gramsci sabía más, y ofrece una lección para los libertarios que creen que las cuestiones culturales más amplias más allá del principio de no agresión son irrelevantes para la libertad.