¿Se parece el juego de mesa Monopoly a los mercados reales?
Mucha gente cree que el juego de mesa Monopoly, desarrollado durante la Gran Depresión, imita la economía capitalista del mundo real. El Monopoly es un juego, no la vida real.
Mucha gente cree que el juego de mesa Monopoly, desarrollado durante la Gran Depresión, imita la economía capitalista del mundo real. El Monopoly es un juego, no la vida real.
Los protocolos abiertos de Internet parecerían crear el caos, pero resulta que producen los resultados contrarios, fomentando un orden espontáneo digital.
El famoso «Yo, lápiz» de Leonard Read explicaba el funcionamiento del mercado a partir de la creación de un simple lápiz. Sin embargo, no debemos olvidar que los denostados combustibles fósiles intervienen en todo momento.
La acción más sencilla de la economía —el intercambio voluntario mutuamente beneficioso— es también la más profunda. Las personas se sirven mutuamente al tiempo que mejoran su propia suerte en la vida.
Tras el colapso de la URSS, muchos socialistas depositaron sus esperanzas en el desarrollo de un «socialismo de mercado» que fuera económicamente eficiente y creara igualdad. El filósofo marxista G.A. Cohen disintió sabiamente.
Los fiscales federales y otros agentes de la ley están convirtiendo firmas blockchain en filiales del gobierno. El verdadero objetivo es criminalizar lo que en realidad son intercambios legales y privados.
Rothbard sobre la Revolución americana: «No había una necesidad particular de los adornos formales y la inversión permanente de un gobierno centralizado, incluso para la victoria en la guerra».
Para amenazar seriamente el régimen, hay que atacarlo de raíz. Para ello habría que rechazar el régimen jurídico moderno de los derechos civiles, algo que no interesa a los conservadores modernos al estilo de Buckley ni a los liberales al estilo de James Lindsay, y que une a paleoconservadores y paleolibertarios.
El profesor Quinn Slobodian cree que el libre mercado conduce a la explotación tiránica de los trabajadores y que el socialismo es la única solución. En realidad, la competencia de mercado es la respuesta.
Para que las naciones tengan desarrollo de capital y economías basadas en el mercado, deben tener un marco cultural que acepte estos desarrollos. Demasiadas naciones no lo hacen y, como consecuencia, languidecen en la pobreza.