Turgot comprendió que los modos primitivos de organización social son capaces de soportar un número mucho menor de personas. Si la población aumentara, una sociedad primitiva igualitaria sería incapaz de soportar la carga añadida.
Los regímenes tardaron muchos siglos en conseguir el prestigio y el poder necesarios para reclamar el monopolio del dinero. Desde la perspectiva del Estado, ha merecido la pena.
El capitalismo no es una «herencia del colonialismo» en África. De hecho, los mercados y el comercio interregional se practican desde hace mucho tiempo en el continente. Y los mercados siguen siendo hoy la respuesta para elevar el nivel de vida.
No es de extrañar que la clase médica se aferre a la vacunación como panacea para la prevención de enfermedades. El mito fundacional de la salud pública es que la vacunación obligatoria salvó al mundo de las grandes plagas del pasado.
Nunca termina bien: para limpiar montañas de deudas incobrables, el régimen chino ha empleado esquemas de deuda por acciones que podrían dejar a innumerables inversores ordinarios en graves problemas.
