El emprendedor

Los consumidores libres y los empresarios siempre buscan cooperar en el mercado. Al fin y al cabo, «supongamos que no hubiera unión, que cada individuo dependiera únicamente de sus propios pensamientos y productividad.... Todos morirían de hambre».

Un capitalista nunca elige aquella inversión en la que, según su comprensión del futuro, el peligro de perder su aportación es menor. Elige aquella inversión en la que espera obtener las mayores ganancias posibles.

La fuerza motriz de la filosofía del capitalismo del participante es precisamente que crea oportunidades para que los actores políticos ejerzan un control desproporcionado sobre los recursos de la economía.

Las economías de planificación centralizada suelen mantener ideas terribles durante muchos años. Pero los mercados pueden tomar productos malos, aprender de ellos y convertirlos en grandes productos que den al público lo que quiere y necesita.

La palabra empresario significaba originalmente alguien activo, arriesgado e incluso violento. Richard Cantillon cambió tanto el significado de la palabra como nuestra idea de lo que son los empresarios.

La preocupación por la influencia concentrada de los intereses especiales de las empresas es válida, pero no porque los intereses especiales de las empresas vayan a impedir la regulación económica. El problema es que los ejecutivos de las empresas siempre piden más control gubernamental.

Si los dueños de negocios esperaban tener un respiro en 2021 después de haber sido completamente víctimas de los procedimientos de confinamiento del gobierno y de los disturbios de la izquierda, es posible que quieran prepararse para más dolor a medida que la administración Biden se pone en marcha.

Aunque muchos afirman que «nadie vio venir esto», algunos empresarios planificaron con antelación y también han encontrado formas de atender a los clientes en nuevas condiciones.

Los modelos formales de la economía, escribe Murray Rothbard, tienden a pasar por alto un instrumento crucial de cambio: el emprendimiento.

Para difundir los beneficios de los bienes y servicios, primero debemos difundir la mentalidad necesaria para asumir la tarea de producir bienes y servicios. Es decir, la mentalidad del emprendimiento.