La digitalización traerá sin duda grandes mejoras y nuevas oportunidades para la vida de las personas. Pero la digitalización también tiene su lado negativo.
Ante las dificultades que se avecinan, los banqueros centrales y las instituciones globalistas van a exigir más poder para responder a la crisis que han creado. Bitcoin proporciona a sus oponentes políticos un arma contra ellos.
Nik Bhatia presenta una visión contraintuitiva sobre el funcionamiento del dinero en nuestro actual sistema bancario y vislumbra nuestro futuro monetario.
Al igual que Internet necesitaba navegadores web antes de poder cambiar realmente el mundo, Bitcoin necesitaba interfaces fáciles de usar para ir más allá del dinero y convertirse en la capa base—los «raíles»—de los servicios descentralizados construidos sólo con Bitcoin.
Si Bukele realmente quiere la libertad monetaria para El Salvador, no debería haberles presentado lo que, efectivamente, es una dádiva del gobierno para los hodlers de bitcoin y las empresas detrás de la app Strike y otros potenciales intermediarios.
Ludwig von Mises veía el dinero sólido como un límite al poder del gobierno y como «un instrumento para la protección de las libertades civiles contra las incursiones despóticas de los gobiernos».
Las criptomonedas no son totalmente anónimas, y el Estado está trabajando duro para reunir tanta información como pueda sobre todos los usuarios de criptomonedas.