Aunque la lengua inglesa está creciendo, asistimos a un declive en el crecimiento de palabras sofisticadas. Constantemente se añaden nuevas palabras a nuestros diccionarios, aunque muchas de ellas tienden a reflejar las tendencias del entretenimiento y la cultura popular más que los avances del pensamiento. Términos como «bootylicious», «freestyle» y «manscape» pueden ser divertidos u oportunos, pero revelan un patrón: gran parte de nuestro vocabulario moderno está cada vez más moldeado por el estilo que por la sustancia.
Al mismo tiempo, se han introducido pocas palabras realmente nuevas para describir ideas complejas o abstractas. Consideremos que términos como «nacionalismo», «existencialismo» e «intelectual» —ahora esenciales en el discurso académico y político— son invenciones relativamente modernas. Esas palabras nos dieron herramientas para pensar, formas de debatir conceptos intangibles pero importantes. Hoy en día, parece que hemos dejado de crear un lenguaje para este tipo de pensamiento.
Aquí es donde entra en juego ChatGPT. Aunque a menudo se habla de la inteligencia artificial en términos de automatización o productividad, apenas se está empezando a reconocer su potencial como aliado creativo e intelectual. ChatGPT tiene acceso a una amplia base de datos de lenguaje histórico y contemporáneo. Puede realizar búsquedas etimológicas, generar nuevas palabras a partir de patrones lingüísticos establecidos y ayudar a los usuarios a convertir ideas vagas en términos precisos.
Hace poco me encontré buscando una palabra para describir un concepto poco claro o poco desarrollado, algo que existe mentalmente pero sin definición. Frases como «idea suelta» o «noción vaga» me parecían inadecuadas. Así que pedí ayuda a ChatGPT. Juntos exploramos las raíces de las palabras existentes y experimentamos con combinaciones de sonidos y significados. De este proceso surgieron dos neologismos:
- Blurion: término que designa una idea que está presente en la mente pero que permanece borrosa o mal formada, como la visión borrosa de un concepto.
- No concepto: palabra para describir algo que parece ser un concepto pero carece de contenido real o coherencia. Sugiere la ilusión de un pensamiento sin sustancia.
Animado por este proceso, seguí explorando. Con la ayuda de ChatGPT, creé:
- Gesturic: adjetivo para describir gestos físicos o expresiones culturales que reflejan tendencias populares, como poses en las redes sociales, bailes o señales de moda. Se refiere al poder comunicativo del lenguaje corporal en la cultura moderna.
- Ideónico: término que hace referencia a conceptos abstractos, marcos teóricos o estructuras puramente intelectuales. Una filosofía como el posmodernismo, por ejemplo, entraría en la categoría de pensamiento ideónico.
Estos ejemplos muestran cómo la inteligencia artificial puede contribuir no sólo a la comodidad cotidiana, sino a la propia estructura de nuestro pensamiento. El lenguaje no sólo refleja nuestros pensamientos —sino que les da forma. Sin palabras para expresar la complejidad, corremos el riesgo de perder la capacidad de pensar de forma compleja. Como sugiere la hipótesis Sapir-Whorf, los límites de nuestro vocabulario pueden definir los límites de nuestra cognición.
Afortunadamente, ChatGPT ofrece una forma de ampliar esos límites. Al dar a los usuarios acceso a las materias primas del lenguaje —prefijos, raíces, significados e historias— permite crear nuevos términos para nuevas ideas. No se trata de sustituir el desarrollo del lenguaje natural, sino de mejorarlo. Con un uso reflexivo, la IA puede ayudar a revivir una parte del inglés que ha ido desapareciendo silenciosamente: su poder para captar formas de pensamiento abstractas, sutiles y evolutivas.
Aunque la cultura popular seguirá moldeando el lenguaje —como siempre ha hecho— también hay espacio para el crecimiento intelectual. El reto no es resistirse al cambio, sino guiarlo. Si queremos que el inglés siga siendo una herramienta rica y flexible para la expresión humana, debemos seguir inventando las palabras que necesitamos. Con curiosidad, creatividad y herramientas como ChatGPT, podemos empezar a escribir nosotros mismos el próximo capítulo.
