Se ha producido un cambio radical en el panorama social y político de este país, y cualquier persona que desee la victoria de la libertad y la derrota del Leviatán debe ajustar su estrategia en consecuencia. Los nuevos tiempos exigen un replanteamiento de las viejas y posiblemente obsoletas estrategias.
—Murray N. Rothbard
Murray Rothbard no sólo fue un brillante economista, historiador y filósofo político; fue un hombre impulsado a defender la causa de la libertad frente a las amenazas autoritarias de su época. Escribió con frecuencia sobre estrategia, aplicando su agudo intelecto a desentrañar los mayores peligros de la época.
En La vía progresista al socialismo, Joseph Salerno se basa en la obra de Rothbard para exponer la amenaza del progresismo moderno, que pretende «combinar el socialismo con las atractivas virtudes de la ‘democracia’ y la libertad de investigación.» Puedes conseguir tu ejemplar hoy mismo con una donación al Instituto Mises.
Tras su presentación en la celebración del 40 aniversario del Instituto Mises, el discurso del Dr. Salerno fue rápidamente identificado como uno de los más importantes de los últimos tiempos. El Dr. Salerno describe la captura neoconservadora del movimiento conservador americano, aborda la aterradora realidad del Estado tecnocrático-terapéutico existente e identifica la solución necesaria para restaurar la libertad en Occidente: una respuesta reaccionaria radical al estatismo moderno.
Al hacerlo, Salerno actualiza la estrategia política rothbardiana para los tiempos modernos, explicando el ascenso popular de figuras como Donald Trump, Viktor Orban y Jair Bolsonaro y expone «el mito de que la democracia es la garante del progreso social inevitable hacia un Estado socialista igualitario.»
Como concluye Salerno, «la lección para los libertarios es que sólo hay dos bandos en la lucha política actual. No hay término medio. O eres progresista o eres reaccionario. O te unes, o consientes, la marcha forzada hacia el socialismo, o te unes a la reacción: la lucha para hacer retroceder el reloj progresista o, mejor aún, para hacerlo añicos».