Bastiat versus TMM
No hace falta buscar en la literatura económica moderna para enfrentarse con la muchedumbre de la TMM. Basta con leer a Bastiat.
No hace falta buscar en la literatura económica moderna para enfrentarse con la muchedumbre de la TMM. Basta con leer a Bastiat.
Aunque el «Gran Reinicio» implica una alianza impía entre gobiernos y grandes negocios, la aplicación de sus políticas es imposible sin que los bancos centrales supriman los tipos de interés. Ahora que los tipos están subiendo, la gente está comprobando de primera mano los costes reales del «Gran Reinicio».
Los esfuerzos gubernamentales para ampliar la «demanda agregada» implican nuevos gastos y la creación de dinero. En realidad, estas actividades destruyen riqueza en nombre de su expansión.
Desde Adam Smith, los pensadores económicos no han comprendido que los lucros en una economía de mercado no son extracciones de riqueza de los trabajadores. En realidad, los lucros conducen a salarios más altos y a niveles de vida más elevados para esos trabajadores.
El dinero es demasiado importante para dejarlo en manos de los banqueros y de los economistas y financieros del establishment. Para lograr esta meta, el dinero debe ser devuelto a la economía de mercado, con todas las funciones monetarias realizadas dentro de la estructura de los derechos de propiedad privada y el mercado.
Como nos demuestra la reciente elección de Javier Milei en Argentina, todavía hay un lugar en el mundo político para el pensamiento libertario. La libertad sigue siendo una meta que merece la pena perseguir.
Javier Milei ha comenzado su presidencia tomando medidas contra gran parte del vasto Estado benefactor argentino. Es de esperar que sea el comienzo de un mandato exitoso.
Al pedir dinero prestado y «crear» nuevos puestos de trabajo, el gobierno está creando la ilusión de una economía fuerte. Esto no acaba bien.
En condiciones de libre competencia, y sin el apoyo y la aplicación de la ley por parte del gobierno, las posibilidades de la banca de reservas fraccionarias serán limitadas. Los bancos podrían formar cárteles para apoyarse mutuamente, pero en general los cárteles en el mercado no funcionan bien.
Mientras Oregón lucha con las secuelas de la legalización de las drogas, algunos piden una nueva criminalización de las drogas. Sin embargo, el problema no son las drogas, sino la mentalidad socialística de los habitantes de Oregón, que se niegan a proteger la propiedad de los consumidores de drogas.