Mucho se ha escrito en la prensa internacional, incluso dentro de Argentina, sobre el recién investido presidente argentino Javier Milei, sobre todo acerca de cómo es un extremo derechista (queriendo realmente tacharlo de fascista entre los círculos de izquierda). Algunos periodistas y observadores independientes han comentado cómo sus planes anunciados podrían transformar Argentina en un país próspero siguiendo las políticas liberales clásicas. Un rasgo significativo que se ha pasado por alto en los medios de comunicación hasta la fecha es probablemente el factor decisivo de su meteórico ascenso a la prominencia política y al poder: su claridad conceptual.
Milei dice ser un anarcocapitalista teórico, con acciones políticas prácticas en el ámbito del minarquismo. Esto se debe a la enorme penuria económica que debe soportar más del 40 por ciento de la población argentina, donde incluso su supervivencia podría verse cuestionada sin la ayuda estatal que reciben en la actualidad, especialmente a la luz de la actual legislación laboral terriblemente onerosa que impide la creación de nuevos puestos de trabajo.
Milei es un economista profesional, criado en el sistema educativo argentino. En sus palabras, fue educado para ser un keynesiano marxista o un neokeynesiano con amplia formación neoclásica, especialmente en las áreas de modelización matemática y desarrollo económico.
En su discurso de aceptación tras recibir el doctorado honoris causa de la escuela de posgrado de economía y negocios de influencia austriaca ESEADE en Buenos Aires en diciembre de 2022, Milei habló sobre una interpretación de su ensayo en honor a Jesús Huerta de Soto embarcándose en un tour de force de la modelización matemática neoclásica del crecimiento económico junto con sus limitaciones. Comentó cómo se convirtió en partidario de la economía austriaca al leer la publicación independiente «Monopoly and Competition», de Murray Rothbard, en 2013, llegando a la conclusión de que todo lo que Milei sabía sobre la teoría estructural del mercado era erróneo. Narró cómo sufrió una verdadera epifanía tras leer decenas de libros de autores austriacos sobre todos los temas que le habían preocupado hasta entonces: el crecimiento económico, el papel del empresario y de la empresa, la competencia en el mercado, los fallos del mercado, la distribución derivada de la producción y lo pernicioso de toda intervención estatal. Con estos conocimientos, acabó con las ideas de equilibrio, externalidades y asimetría de la información.
De Socialismo, de Ludwig von Mises, dedujo que sólo son posibles dos sistemas económicos en la sociedad —capitalismo y socialismo— y que todos los sistemas intermedios conducirán inexorablemente al socialismo, por lo que todos los esfuerzos neoclásicos acaban siendo funcionales a la institución del socialismo en la sociedad (lo que Milei denomina la trampa neoclásica).
Como resultado de la enorme influencia de las ideas de Milei entre el público argentino, las obras de Mises, Rothbard y F.A. Hayek se están vendiendo como rosquillas en un país anteriormente dominado por visiones marxistas, keynesianas y estatistas, algunas de ellas de cosecha propia, como las teorías de Raúl Prebisch. Si al menos una décima parte de los 14,5 millones de personas que votaron a Milei llegan a comprender las ideas que subyacen al capitalismo y al anarquismo de libre mercado, ello supondría un cambio radical para Argentina que cimentaría el futuro político del país, en caso de que Milei tenga éxito en la aplicación de su programa político y económico.
Javier Milei es una persona brutalmente honesta, con convicciones firmes y una personalidad apasionada y combativa, todo lo cual le dio la apertura inicial para aparecer en la televisión argentina. De este modo, una parte importante del público argentino pudo conocerle personalmente y saber de sus opiniones. Estos puntos de vista y su defensa de los mismos, desde su diagnóstico de las caóticas crisis económicas y políticas argentinas hasta un programa de reformas para resolverlas, se derivan de su amplio conocimiento del capitalismo.
Su programa de gobierno incluye iniciativas políticas inéditas, como la reducción a cero del déficit presupuestario fiscal al inicio de su administración, el cierre del banco central y la instauración de un sistema de libre circulación de divisas.
Tiene la intención de liquidar los activos del banco central en dólares de los estados unidos y redimir todos los pasivos del banco con los ingresos (su prominente programa de dolarización), tras lo cual se puede adoptar el sistema de libre circulación de divisas, permitiendo a los argentinos elegir libremente si quieren utilizar una denominación de divisas, metales preciosos, o incluso cripto como medio de cambio.
Sus medidas monetarias y fiscales frenarían las actuales condiciones de hiperinflación que se están gestando en el país. Además de estas medidas, ha anunciado que su programa propondría un camino de treinta y cinco años para que Argentina se convierta en una nación desarrollada y recupere el estatus de economía avanzada que ostentaba a principios del siglo XX, para que otros lo apliquen después de él.
El profundo conocimiento de Milei de la economía y el Estado le impulsa en todos sus esfuerzos políticos, habiendo publicado diez libros desde su epifanía en 2013. Su estilo apasionado y combativo se basa en este conocimiento, combinado con un profundo odio a la intervención del Estado en la vida social. Es un verdadero emprendedor de la política, capaz de aprovechar la oportunidad política de llegar a la cúspide del poder en Argentina —que nadie creía posible— y de aplicar todo su fervor patriótico a su programa de reconstrucción.
Esto contrasta fuertemente con los políticos conservadores y de derechas de hoy en día, que han decepcionado enormemente en el pasado y que no tienen forma de contrarrestar las posiciones intelectuales de la izquierda estatista, ya que estos políticos carecen del conocimiento del capitalismo que les permitiría hacerlo. A menudo aceptan los argumentos estatistas como base para la solución de los problemas de la sociedad. Esta es su mayor debilidad. Sin embargo, no es el caso de Milei.
Los medios que Milei ha aplicado para lograr su objetivo de éxito político son asombrosos, sobre todo teniendo en cuenta que ha gastado muy poco dinero en ellos. Estos medios pueden clasificarse en tres grandes grupos:
- «Recitales»: las personas interesadas en que actúe en sus comunidades consiguen un local y celebran mítines en los que los asistentes pagan una entrada.
- : donde, al anunciarse con antelación su presencia en un barrio de Buenos Aires o en una ciudad del interior, miles de personas se unían a él para pasear por su barrio.
- : donde sería invitado a acudir a varios programas de noticias de orientación política en radio, televisión y medios sociales, y concedería extensas entrevistas, siempre explicando en detalle sus planes de acción para revertir la crisis de Argentina.
Una sorprendente variante de sus «recitales» consistía en que Milei daba conferencias de economía en un parque público, a las que asistían varios centenares de personas que le escuchaban explicar las causas teóricas de la difícil situación de Argentina y su programa para revertirla.
Nunca compró publicidad en la radio, la televisión o Internet, ni desplegó carteles en la calle, que son el pan de cada día en las campañas políticas latinoamericanas, mientras que sus principales rivales gastaron el equivalente a cientos de millones de dólares de EEUU en estas formas de publicidad (los observadores estiman que el candidato del gobierno gastó el equivalente a casi 10.000 millones de dólares en su campaña —alrededor del 2% del producto interior bruto argentino— en publicidad y en pagos directos y devoluciones de impuestos a los ciudadanos, fondos procedentes de las arcas del Estado).
Milei comenzó su carrera pública como contrarrevolucionario cultural en 2014 —junto a otros destacados comentaristas sociales argentinos— pero decidió entrar en política en 2021 para liderar los cambios que propugnaba, siendo elegido diputado a finales de 2021. Su claridad de ideas le ha permitido formular un mensaje coherente que ha impactado a suficientes argentinos como para confiarle la reconstrucción de su país. La actual crisis de ese país ha llevado a una parte importante de la población argentina —sobre todo a los más jóvenes— a confiar en las ideas de libertad, capitalismo y protección de la ciudadanía frente al Estado, que han encontrado su personificación en la figura de Javier Milei.
Milei está socavando los cimientos mismos del Estado moderno al eliminar el banco central y reducir drásticamente el tamaño del Estado argentino. Si consigue resolver las múltiples crisis de Argentina y devolver la prosperidad al país, habrá demostrado que la estructura política dominante moderna es insostenible. Todo ello se basará únicamente en el poder de las ideas, expresadas con la máxima convicción y la suficiente pasión.
