Proteccionismo y libre comercio

Las sanciones tienen un largo historial de fracaso. Es probable que las recientes sanciones del gobierno estadounidense a Irán no sean diferentes, pero sin duda serán perjudiciales para el pueblo iraní.

El que la diversidad sea un beneficio social depende de si crea excusas para luchar por un tratamiento especial. Politizar nuestras diferencias es mucho más probable que haga de la diversidad una fuente de conflicto.

Aunque la legislación introducida en el Congreso de Estados Unidos sigue siendo ficción bajo un ejecutivo y un senado Republicanos, la iniciativa de Bruselas se convertirá en ley a menos que haya una oposición considerable por parte de los Estados miembros de la UE.

Mientras existan gobiernos, es esencial que minimicemos la capacidad de los grupos e individuos para utilizar el poder del estado para enriquecerse.

Un «acuerdo de libre comercio» en la práctica no es simplemente una tarjeta de índice que declara: «Los aranceles del país X son del 0 por ciento, tres hurras por Bastiat». Se trata de acuerdos comerciales gestionados, con cientos de páginas dedicadas a regulaciones detalladas que huelen a planificación soviética de arriba abajo.

Algunos políticos latinoamericanos parecen pensar que China ofrecerá condiciones fáciles para préstamos y acuerdos comerciales. Se equivocan. China no es tan rica como muchos piensan.

Los estadounidenses deberían empezar a pensar en el comercio entre Estados Unidos y el Reino Unido como algo comparable al comercio entre California e Idaho.

Por lo tanto, los acuerdos comerciales se han convertido en muestras obsoletas de negociación en disputas geopolíticas de mayor envergadura, herramientas proteccionistas para gestionar e interferir con los flujos comerciales mundiales.

Dejemos que la OMC y todos sus acuerdos se vayan ya. No podemos salvar algo que está roto desde el principio.

A los políticos y tecnócratas de la UE les gusta presentarse como políticos progresistas e ilustrados. Pero esa máscara virtuosa se deslizó después de que el gigante automovilístico alemán Volkswagen anunciara que sus nuevas instalaciones se ubicarían en Turquía en lugar de en un país miembro de la UE.