Auges y caídas

Muchos han especulado durante mucho tiempo que existe una correlación entre la prosperidad económica y la longitud de los dobladillos de las mujeres. Pero tal vez sean los «mom jeans», con sus cinturas altas y su corte amplio, los que indican el verdadero estado de la economía.

Los llamamientos que se hacen hoy a una plétora de nuevas políticas de estímulo gubernamental para dar paso a la «recuperación» no harán más que paralizar los esfuerzos de los inversores y los empresarios para volver a poner en marcha la economía mundial.

Los métodos cuantitativos son ciertamente útiles y esclarecedores en los campos de la historia económica y la economía descriptiva. Para Mises, sin embargo, estos campos no entran en el ámbito de la economía, entendida en sentido estricto.

Hemos visto imágenes de estanterías vacías en Venezuela. Mientras tanto, la rentabilidad a un año de la bolsa de Caracas es del 1.804,92%. Si ya eres rico en activos, la inflación es una gran hamburguesa de nada. Pero es un problema si eres pobre.

Con una nueva ronda de confinamientos inducidos por el pánico, la situación en Europa se asemeja mucho a un estado de emergencia nacional. Sin embargo, la narrativa oficial nos dice que la economía europea es robusta y floreciente. Es hora de revisar la realidad.

A largo plazo, el estímulo económico no deja de crear perdedores. El objetivo del Estado es siempre extraer el mayor número de huevos de la gallina de los huevos de oro, sólo que ahora no es importante mantener la gallina viva.

Los economistas no han logrado explicar el mecanismo por el que una curva de rendimiento invertida señala una recesión inminente. Pero la explicación misesiana del ciclo económico explica con bastante facilidad el patrón que observamos en los tipos de interés.

¿Cómo se comparan los ciclos recurrentes de auge y recesión con las crisis aisladas causadas por fenómenos extraordinarios?

En Las Vegas, los pasajeros de las aerolíneas se desplomaron un 64% durante 2020, y el negocio de las convenciones se ha hundido. Para Las Vegas, hay señales preocupantes de que el mundo no tiene prisa por gastar libremente en extravagantes reuniones presenciales.

Para fomentar la recuperación económica, no necesitamos «estabilidad». Lo que necesitamos es un entorno de precios que cambien libremente, aunque los cambios de precios sean frecuentes y sustanciales. Sólo esta llamada permite a los mercados responder a las necesidades de los consumidores.