La cosecha de maíz de América proviene de subsidios «cursis»
El famoso Cinturón del Maíz de América debería conocerse mejor como el Cinturón del Subsidio de la nación.
El famoso Cinturón del Maíz de América debería conocerse mejor como el Cinturón del Subsidio de la nación.
Ostensiblemente para combatir la «desunión», las élites políticas han pedido a los americanos que se unan por el «bien público». Sin embargo, las políticas que estas élites quieren poner en marcha son la causa misma de las desuniones en primer lugar.
La senadora Elizabeth Warren vuelve a la carga: exige la intervención del gobierno en el sistema sanitario del país para solucionar los problemas causados por la anterior intervención gubernamental.
La gobernadora de Arkansas, Sarah Huckabee Sanders, obliga a una firma china a vender sus terrenos en Arkansas en nombre de la «seguridad nacional». La orden es económicamente destructiva y no sirve para nada.
Uno de los tópicos del New Deal era que las empresas tenían derecho a un lucro «correcto». Leonard Read señaló astutamente que los lucros (y las pérdidas) no tienen nada que ver con «rectitud».
Washington no sólo está sumido en la confusión política, sino que las políticas que emanan del Beltway son más incoherentes que nunca.
La recién estrenada película «Asesinos de la luna de las flores» muestra lo que ocurre cuando personas con conexiones políticas pueden utilizar el Estado para llevar a cabo actos nefastos. Por desgracia, el fracaso del gobierno es una lección que seguramente se perderá aquí.
Una consecuencia desafortunada del aumento de la riqueza es el crecimiento de la clase parasitaria consumista de las élites políticas y culturales. Las migraciones laborales suelen seguir la estela del daño que causan las élites.
Un asociado del Instituto Cato ha declarado que el desarrollo de las vacunas covid-19 es un «triunfo» del libre mercado. Lo único que ha triunfado en este lamentable episodio ha sido el rápido crecimiento del poder coercitivo del gobierno.
Los países han cambiado, pero la historia sigue siendo la misma. Los países más ricos intentan «invertir» prestando dinero a los regímenes africanos, donde el dinero desaparece. Esta vez, China es el gran prestamista.