La universidad debería ser un lugar donde los académicos pudieran educar y moldear las mentes de nuestros futuros científicos, médicos y líderes. Sin embargo, durante demasiado tiempo, las universidades americanas han estado dominadas por una cultura de tiranía y complicidad para que nos arrebaten nuestros derechos. Me refiero, por supuesto, a los derechos individuales a la libertad de expresión y al derecho de reunión en el campus.
Las universidades americanas se han olvidado de proteger estos derechos de los estudiantes y, en algunos casos, han prohibido directamente a los estudiantes decir lo que piensan. Los estudiantes pueden esperar que se les prohíba hablar libremente fuera de las «zonas de libertad de expresión» designadas en algunas universidades o reunirse en el campus o en sus alrededores para sus diversos clubes o grupos. Lamentablemente, la lucha por las libertades individuales se ha colado en nuestras universidades, y es una lucha que no podemos permitirnos perder.
La supuesta «libertad de expresión» en muchos campus universitarios está más cerca de la censura estatal que de algo remotamente libre. La Fundación para los Derechos Individuales y la Expresión (FIRE) publica un informe anual «Spotlight on Speech Codes», que muestra el estado de la libertad de expresión en los campus universitarios. Para 2022, FIRE encuestó a 481 universidades. El 18,5 por ciento de las universidades americanas se encuentran en las llamadas clasificaciones de «luz roja», según FIRE. Desde el sitio web de FIRE, «una institución de «luz roja» tiene al menos una política de luz roja que restringe clara y sustancialmente la libertad de expresión.»
Aún más alarmante, el 68% de las universidades encuestadas recibieron una calificación de «luz amarilla». FIRE describe las calificaciones de «luz amarilla» como «tener al menos una política de luz amarilla que restringe una cantidad más limitada de expresión protegida o que, en virtud de una redacción vaga, puede utilizarse con demasiada facilidad para restringir la expresión protegida». FIRE continúa explicando que «las políticas de luz amarilla siguen restringiendo la expresión protegida por las normas de la Primera Enmienda e invitan al abuso administrativo. En las instituciones públicas, las políticas de luz amarilla son inconstitucionales».
Un día estaba apoyando a un capítulo de Jóvenes Americanos por la Libertad en SUNY Old Westbury en Long Island con un amigo. Estábamos repartiendo constituciones de bolsillo con una mesa y una bandera en un recinto público. Un estudiante descontento consiguió que la seguridad del campus nos escoltara fuera de él en menos de una hora.
El sistema universitario público que pagan los neoyorquinos está expulsando activamente a estudiantes de la propiedad pública por difundir ideas con las que no están de acuerdo. He visto lo desalentadoras que pueden ser las normas contra la libertad de expresión para los estudiantes que piensan en la libertad. ¿Cómo es posible que los campus públicos tengan autoridad para impedir que los estudiantes repartan la Constitución de los EEUU en lugares públicos?
Las violaciones de los derechos de los estudiantes proliferan en los campus americanos. Como FIRE expone en sus informes, se trata de un grave problema en todos los campus universitarios. Afortunadamente, organizaciones con mentalidad libertaria, como Young Americans for Liberty (YAL), están contraatacando. YAL ha movilizado a sus activistas estudiantiles para luchar contra las violaciones de la libertad de expresión en universidades públicas y privadas de todo el país.
Young Americans for Liberty ha revocado más de 100 violaciones de la libertad de expresión, desde zonas de libertad de expresión hasta prohibiciones de grupos de estudiantes en el campus, por no mencionar sus victorias en relación con el derecho de los estudiantes a la autodefensa y la prohibición del spray de pimienta. Apoyar a los grupos de jóvenes, como YAL, podría ser el paso más directo hacia la consecución de la libertad en nuestra vida.
YAL es sólo un ejemplo de los grupos estudiantiles que trabajan en los campus universitarios. Podemos señalar a grupos como Students For Liberty (SFL) o la Atlas Society como ejemplos de estudiantes que movilizan a la juventud para luchar por el individualismo. Otros grupos a tener en cuenta, como Turning Point USA (TPUSA) o los College Republicans (CRs), también apoyan la mayoría de nuestros valores pero tienen un enfoque de tendencia conservadora mucho más particular.
Si nos interesa hacer crecer la libertad entre los jóvenes y apoyar las ideas de libertad desde la base, los grupos estudiantiles son nuestra mejor oportunidad para crear un cambio cultural viable. Los grupos estudiantiles estarán en primera línea contra la tiranía universitaria, y estos grupos están contraatacando.
Nuestros futuros líderes están siendo tratados con una dura política autoritaria que moldea su moral, sus carreras y su futuro. La lucha por promover la libertad mañana pasa por luchar contra las violaciones tiránicas de nuestras libertades, incluidos los códigos de libertad de expresión, en las universidades. Hay grupos trabajando para luchar contra estas instituciones universitarias, pero necesitan la ayuda de personas con mentalidad libertaria como nosotros para apoyar a los estudiantes en su lucha por la libertad en el campus.
