El gobernador de Colorado, Jared Polis, ha estado presionando en los últimos días para que se construya una obra innecesaria financiada con dinero de los contribuyentes, un «puente peatonal» entre el capitolio del estado y un parque del centro de la ciudad que podría costar más de 28 millones de dólares. Esa cantidad de dinero sigue siendo mucho para un estado con una población de menos de seis millones de habitantes.
Lo que es peor, los medios de comunicación locales y el público en general han criticado la idea, ya que la reacción más común ante las representaciones del puente es la repulsa por lo feo e innecesario que es. Además, el gobernador Polis no parece capaz de ofrecer una explicación de por qué es necesario el puente. Una cadena de noticias local sugirió que, al parecer, nadie apoya el proyecto excepto el gobernador y algunos de sus acaudalados donantes. La implicación, por supuesto, es que los amigos de Polis se beneficiarán directamente del dinero de los contribuyentes que se gastará en construir lo que la mayoría de la gente normal considera una monstruosidad.
Menciono esto porque es solo el último ejemplo de lo que es habitual en Jared Polis, un político astuto que sabe recompensar a sus aliados políticos, pero que tiene poco respeto por la propiedad y la libertad de sus electores.
Por supuesto, a la mayoría de los lectores no les sorprenderá saber que un gobernador demócrata no está precisamente luchando por la austeridad fiscal o política.
Por otro lado, es importante recordar a los lectores el historial real de Polis, ya que este también ha intentado cultivar una imagen de libertario. Pocos en Colorado se han dejado engañar por esta artimaña, pero algunos activistas libertarios ingenuos han caído en ella.
El editor jefe de la revista Reason, Nick Gillespie, por ejemplo, ha pasado años tratando de vender a Jared Polis como el «gobernador más libertario» de América.
Es difícil entender cómo alguien que realmente valora la propiedad privada y el libre mercado podría llegar a esta conclusión. De hecho, lo absurdo de esta afirmación ha sido demostrado en detalle por Ari Armstrong en un documento de 2022 titulado «La realidad fiscal y regulatoria detrás de la imagen libertaria del gobernador Polis».
Armstrong muestra cómo, bajo el mandato de Polis, las regulaciones gubernamentales sobre las empresas se han multiplicado con nuevas leyes apoyadas por Polis que exigen nuevos mandatos de permisos no remunerados, nuevos impuestos, nuevas subvenciones y nuevos controles salariales. El mandato de Polis ha sido un desastre para los derechos de posesión de armas. Uno de los planes de Polis también ha sido apoyar el «control local», que solo permite prerrogativas locales cuando estas suponen más regulación y control gubernamental que los mínimos exigidos por el estado. Por otro lado, no se permite el control local si ello conlleva una menor regulación gubernamental.
Bajo el mandato de Polis, Colorado se ha convertido en un lugar mucho menos propicio para abrir y gestionar un negocio. Polis también, por supuesto, implementó confinamientos por covid similares a los de California, obligatoriedad de llevar mascarilla y otras restricciones. Los negocios que no cumplían fueron cerrados por la fuerza por agentes armados del estado, con la bendición de Polis.
Sin embargo, libertarios como Gillespie han sido entusiastas defensores de Polis. ¿Por qué? Bueno, en un artículo de 2022, Gillespie dice esencialmente que Polis es el gobernador «más libertario» del país por cosas que Polis ha dicho. Polis, por ejemplo, ha hecho ocasionalmente algunos comentarios diciendo que el impuesto sobre la renta debería ser más bajo. Las políticas reales de Polis, por supuesto, no hacen nada para reducir la carga fiscal neta global.
De hecho, la carga fiscal y regulatoria en Colorado estaba aumentando mientras Gillespie engañaba a sus lectores sobre el historial de Polis. Gillespie incluso elogia a Polis por sus confinamientos y mandatos relacionados con la COVID-19, atribuyendo aparentemente el relativamente bajo número total de muertes por COVID-19 en Colorado —que se explica fácilmente por el hecho de que Colorado es sistemáticamente uno de los estados más saludables de la Unión en general— a los mandatos de Polis relacionados con la COVID-19.
En lo que respecta a la descentralización, Gillespie solo la elogia de forma selectiva, de manera similar a Polis. Es decir, Gillespie dice que es bueno que Polis finalmente haya dado marcha atrás en sus mandatos sanitarios dictatoriales y haya permitido a los gobiernos locales decidir sobre los mandatos de uso de mascarillas. (Polis solo lo permitió después de un periodo de mandatos centralizados de uso obligatorio de mascarillas durante gran parte de 2020).
Por supuesto, en lo que respecta a las cosas que le gustan a Gillespie, la descentralización es algo malo. Por lo tanto, Gillespie elogia a Polis por una orden estatal que no permite el control local sobre el aborto. Bajo el liderazgo de Polis, ninguna ciudad o condado puede regular o restringir el aborto de ninguna manera bajo la orden de Polis. Gillespie aplaude esto.
De hecho, parece que el principal factor que motivó la declaración de Gillespie sobre el estatus libertario de Polis fue el hecho de que Polis es un ferviente defensor del aborto y del matrimonio homosexual.
Esto es comprensible si tenemos en cuenta que Gillespie es un anciano de la generación de los baby boomer que sigue aferrado a una versión del libertarismo propia de los años 70. Según esa forma de pensar, lo que realmente define a alguien como libertario es su política social. Por lo tanto, Jared Polis podría pasar años imponiendo confinamientos, recortando los derechos sobre las armas y golpeando a las empresas con nuevas regulaciones. Pero a Polis le gusta el aborto y el matrimonio homosexual, lo que le convierte en el gobernador más libertario en América.
