El que nos guste o no algún boicot concreto depende de nuestros valores morales. Pero un boicot es legítimo de por sí.
Contrariamente a la gran cantidad estudios académicos recientes, no hay diferencias de clase entre el espíritu empresarial "social" y el emprendimiento mundano.
No hay conflicto entre las preocupaciones libertarias de Locke y su devoción a la "virtud clásica".
El beneficio no tiene nada que ver con la explotación. Se trata del uso más eficiente de fondos reales o ahorros reales.
La mayoría de los empresarios que ahora llamamos barones ladrones se enriquecieron utilizando el poder del Estado, y no sirviendo a sus clientes en un libre mercado.
Emprendimiento —no gastar— es la clave para una economía en crecimiento.
Se nos dice que los robots nos quitarán nuestros empleos. Sin embargo, la liberación material nos ha permitido llevar una vida más satisfactoria que antes.
