Desear que las personas tengan salarios más altos no cambia el hecho de que es imposible hacer que las personas sean más ricas simplemente aprobando una ley. A los trabajadores solo se les puede pagar más de manera sostenible si producen más. Afortunadamente, los mercados ofrecen una respuesta a este problema.
Entre las falacias que Mises desmintió en su primer libro se encuentran las de los graficadores, los antecesores de la Teoría Monetaria Moderna.
Las personas no son autómatas económicos que necesariamente organizan a sus familias de la forma en que los anunciantes y los empleadores quieren que lo hagan.
Los gigantes de los medios sociales disfrutan de un cóctel de contratos gubernamentales, favoritismo gubernamental y poder de monopolio otorgado por el Estado. Como resultado, será difícil para las nuevas empresas ofrecer mucha competencia.
