Mises Wire

La «estabilidad» de los precios nunca ha sido una característica de un mercado libre. La estabilidad es una obsesión de los bancos centrales, y puede llegar el día en que éstos intervengan para «estabilizar» los precios de las criptomonedas. Eso será algo malo.

La Universidad Mises ofrece a los estudiantes una alternativa radical: una semana en la que la civilización y la verdad se reafirman. Además de la economía austriaca, reciben una formación sobre los fundamentos de una sociedad libre, desde la propiedad y los mercados hasta la cooperación social y la paz.

Hoy en día, el sistema político es realmente en muchos aspectos lo que H.L. Mencken sugirió cuando describió las elecciones como una especie de «subasta anticipada de bienes robados». La única respuesta consiste en reducir el número de bienes robados disponibles.

Son muchos los factores que ayudan a explicar el ascenso de Occidente, entre ellos la descentralización y la adopción del laissez-faire. Pero el inusual modelo de formación de la familia en Europa es también un factor probable e importante.

Los primeros críticos de Keynes demolieron repetidamente las teorías de éste, señalando innumerables falacias detrás de la llamada «nueva economía». Sin embargo, Keynes y sus teorías no hicieron más que ganar en popularidad. ¿Por qué?

América corporativa —desde Facebook hasta Google y la Liga Mayor de Béisbol— se enriqueció dando a los consumidores lo que querían. Ahora estas grandes firmas utilizarán sus riquezas para aplastar a sus enemigos ideológicos. Así es la vida en una «economía mixta».

El metro de Nueva York tiene graves problemas financieros y la calidad del servicio está en una espiral descendente. Sin embargo, incluso hablar de privatización está prohibido.

Al igual que Canadá tenía derecho a separarse de Gran Bretaña, las provincias y territorios también tienen derecho a separarse de Canadá. Hoy, la secesión puede ser el remedio de Alberta contra los abusos del régimen canadiense.

Rothbard nos da el fundamento en bruto de la justicia, pero sólo los jurados de ley común —temporales y locales— pueden llenar los vacíos.

Un capitalista nunca elige aquella inversión en la que, según su comprensión del futuro, el peligro de perder su aportación es menor. Elige aquella inversión en la que espera obtener las mayores ganancias posibles.