Anarquía, Estado y utopía: robustamente contra los impuestos redistributivos por 50 años
Anarquía, Estado y utopía de Robert Nozick cumple cincuenta años este año, y este clásico libertario ha resistido la prueba del tiempo.
Anarquía, Estado y utopía de Robert Nozick cumple cincuenta años este año, y este clásico libertario ha resistido la prueba del tiempo.
Aunque los conservadores y los seguidores de la economía austriaca suelen tener mucho en común, muchos conservadores están en contra del libre comercio y el libre intercambio. Los austriacos tienen que explicar cuidadosamente por qué esas creencias son perjudiciales.
Gran Bretaña están volviendo a la nacionalización de los ferrocarriles. Por supuesto, la alardeada privatización ferroviaria de los 1990 no fue una privatización real en absoluto.
No es sorprendente que los neoconservadores hayan intentado rehabilitar el Imperio británico, calificándolo de benigno y de fuerza civilizadora en África y Asia. Sin embargo, como todos los demás imperios, se mantuvo unido mediante la violencia y la subyugación.
La gente ha llegado a creer que sólo el Estado está moralmente capacitado para crear y mantener un sistema de justicia. Sin embargo, dado que el propio Estado actúa injustamente, quizá sea hora de mirar fuera del Estado.
Aunque la esclavitud chattel existe en algunas partes del mundo, en su mayor parte ha sido abolida. Quizá deberíamos hacer lo mismo con el Estado.
Más unidades de deuda pública significan un crecimiento productivo más débil, impuestos más altos y más inflación en el futuro. Las tres son manifestaciones de un impago a fuego lento.
El libertarismo es criticado por todos lados, pero ha surgido una nueva crítica que afirma que el libertarismo es poco más que otra forma de teoría crítica. Al igual que las otras quejas, ésta se basa en un pensamiento falaz.
Se supone que el mundo académico debe servir de faro de ilustración. En cambio, como demuestra Wanjiru Njoya, promueve un liberalismo fracasado.
La conspiración sediciosa —como todos los cargos de conspiración en la legislación americana— es esencialmente un crimen de pensamiento y un crimen de expresión.