¿Estamos realmente todos juntos en esto?
Cada vez que las élites gobernantes crean una nueva crisis, insisten en que «estamos todos juntos en esto». Es hora de ignorar por completo sus mentiras.
Cada vez que las élites gobernantes crean una nueva crisis, insisten en que «estamos todos juntos en esto». Es hora de ignorar por completo sus mentiras.
El fact-checking se ha convertido en una auténtica industria en los medios de comunicación. Sin embargo, las conclusiones de los «verificadores de hechos» parecen alinearse misteriosamente con las opiniones de las élites. Esa es su historia, y las élites políticas, educativas y sociales se aferran a ella.
Aunque el «Gran Reinicio» implica una alianza impía entre gobiernos y grandes negocios, la aplicación de sus políticas es imposible sin que los bancos centrales supriman los tipos de interés. Ahora que los tipos están subiendo, la gente está comprobando de primera mano los costes reales del «Gran Reinicio».
Como nos demuestra la reciente elección de Javier Milei en Argentina, todavía hay un lugar en el mundo político para el pensamiento libertario. La libertad sigue siendo una meta que merece la pena perseguir.
Mientras Oregón lucha con las secuelas de la legalización de las drogas, algunos piden una nueva criminalización de las drogas. Sin embargo, el problema no son las drogas, sino la mentalidad socialística de los habitantes de Oregón, que se niegan a proteger la propiedad de los consumidores de drogas.
Mientras que los libros de texto de economía son flojos en cuanto a las causas de la Gran Depresión, los textos de historia americana son aún peores. Es hora de decir la verdad.
La película Wonka es, sin saberlo, una lección sobre los peligros del capitalismo de amiguetes. Willy Wonka, sin embargo, supera las probabilidades siendo un empresario misesiano.
La educación superior se promociona a sí misma como líder en resultados equitativos, pero la realidad es bien distinta, especialmente en lo que se refiere a las mujeres.
Mientras el Portal de Transferencias de la NCAA y los programas NIL cambian el panorama de los deportes universitarios, los críticos afirman que «arruinará» el atletismo. Lo más probable es que haga que los deportes sean aún más competitivos y dinamice las bases de aficionados.
Las recientes protestas en los campus a raíz del conflicto Hamás-Israel se han enmarcado como antiapartheid o antisemitas. El conflicto es mucho más profundo, pues hunde sus raíces en políticas identitarias tóxicas.