Educación

Muchos estudiantes pueden no darse cuenta de que están siendo sutilmente adoctrinados, entrenados lentamente para ver el mundo como socialista o «a través de una lente marxista.»

Perseguir los sueños sin un título requiere más autodisciplina que cumplir cuatro años en la universidad. Una de las mejores frases de Nietzsche ofrece una advertencia: «Quien no pueda obedecerse a sí mismo, será mandado».

La economía misesiana es la principal amenaza para el Estado, ya que explica el funcionamiento del orden natural de la sociedad y los efectos paralizantes de la interferencia estatal.

El ejemplo de Inglaterra en la Revolución Industrial sugiere que se pueden lograr enormes cantidades de innovación y crecimiento incluso sin altos niveles de educación entre la población general.

La misión principal de los colegios y universidades —enseñar a los estudiantes— se vio afectada cuando estas instituciones se politizaron y se convirtieron en lujosos centros turísticos que perseguían la gloria deportiva y una investigación cuestionable.

Cada vez está más claro que las escuelas cristianas que aceptan fondos federales pronto tendrán que elegir entre abandonar esos fondos o abrazar por completo las opiniones de la clase dirigente sobre la política de género.

Si las tiendas de comestibles fueran gestionadas como las escuelas públicas, todavía estarían en medio de un prolongado confinamiento de covid. Afortunadamente, sin embargo, tenemos un sistema (en su mayoría) privatizado, con vales para los compradores de bajos ingresos. Un sistema similar para las escuelas sería una opción mucho más sana que la que tenemos ahora.

En lugar de representar la «supremacía blanca», la evolución de las matemáticas ha sido una colaboración de avances que abarca todo el mundo, razas y culturas, un desarrollo continuo de herramientas más eficaces para que cualquiera pueda utilizarlas.

A los estudiantes se les ha negado la escolarización en persona. Al mismo tiempo, millones de mujeres, muchas de las cuales tienen hijos, han sido expulsadas del trabajo. De repente, la educación en casa se convirtió en una opción mucho más viable y necesaria.

El gobierno gasta grandes cantidades de dinero en programas educativos que tienen como objetivo dar «igualdad de oportunidades» a los considerados desfavorecidos, pero hay poca o ninguna evidencia de que estos programas logren algo.