Empresarialidad

Es absurdo decir que queremos acabar con la religión, la educación, la propiedad, el trabajo y las artes simplemente porque nos oponemos a las subvenciones del gobierno. Más bien, nos oponemos simplemente a robar a un grupo de ciudadanos y entregar su riqueza a otros.

Los líderes empresariales de éxito desempeñan un papel fundamental a la hora de capacitar a los empleados para que utilicen sus conocimientos localizados.

Los consumidores son, en efecto, soberanos, pero la razón por la que los consumidores pueden ejercer su soberanía es que los empresarios ya han soportado la incertidumbre de la producción para hacer que los bienes estén disponibles para su compra.

Para tener éxito, los empresarios deben demostrar una previsión y un juicio superiores, y practicar una mejora dinámica continua en su ensamblaje y reensamblaje de activos para servir al consumidor.

En un sistema totalitario, la competencia significa cortejar el favor de los que están en el poder. En un sistema de mercado, la competencia significa que los vendedores tratan de superarse unos a otros ofreciendo bienes y servicios mejores o más baratos a los compradores.

Siempre es un desafío para los empresarios tratar de predecir lo que los clientes querrán en el futuro. Pero ahora las cosas son aún más impredecibles. Y las regulaciones gubernamentales tampoco están ayudando.

Aunque muchos afirman que «nadie vio venir esto», algunos empresarios planificaron con antelación y también han encontrado formas de atender a los clientes en nuevas condiciones.

Los capitalistas y los empresarios cumplen funciones distintas en la economía real. Los capitalistas ahorran dinero que luego mantiene los procesos de producción hasta que se producen los bienes finales. Los empresarios ajustan la estructura de capital a la luz de la incertidumbre para producir los bienes más deseados.

La crisis del coronavirus ha desencadenado dos tipos de bancarrotas muy diferentes, con causas distintas, y que deberían requerir soluciones diferentes.

Los modelos formales de la economía, escribe Murray Rothbard, tienden a pasar por alto un instrumento crucial de cambio: el emprendimiento.