Ciclos Económicos

El índice de rascacielos, como muestra Mark Thornton, vincula la construcción de edificios de récord con el ciclo económico, de manera coherente con la teoría austriaca del ciclo de negocios.

Sí, puede suceder aquí. Sólo un tonto piensa lo contrario.

El American Bonds de Quinn muestra que las políticas crediticias del gobierno federal fueron factores importantes detrás de la evolución particular de la securitización y los mercados de crédito en los Estados Unidos.

Brendan Brown reseña «Narrative Economics», que argumenta que «las fluctuaciones económicas son impulsadas sustancialmente por el contagio de variantes excesivamente simplificadas y fácilmente transmitidas de las narrativas económicas».

Gracias a las intervenciones del pasado, la economía está ahora plagada de malinversiones y precios que no reflejan la demanda real. La solución es permitir la deflación y otros tipos de reajustes dolorosos. De lo contrario, el verdadero crecimiento se nos escapará.

La última entrega de la serie «Entendiendo la mecánica del dinero» resume la teoría del ciclo económico publicada originalmente en 1912 por Ludwig von Mises y elaborada por Friedrich Hayek.

Los economistas austriacos no tienen bolas de cristal, pero la teoría del ciclo económico austriaco proporciona una base segura para identificar las crisis económicas inminentes y los factores que las agravan, incluso si no se puede conocer el momento preciso de un descenso.

Uno de los objetivos importantes de Anatomía del colapso es destacar la naturaleza verdaderamente global de los fallos de la política monetaria desde 2008, no sólo criticando las acciones de la Reserva Federal, sino las de sus colegas del Banco Central Europeo, el Banco de Japón y otros lugares.

Finn Kydland y Edward C. Prescott (KP), los laureados con el Premio Nobel de Economía de 2004, creen que los choques tecnológicos pueden explicar el 70% de las fluctuaciones económicas en los datos de la posguerra de los Estados Unidos. Desafortunadamente sus métodos cuantitativos son simplistas e ignoran el verdadero problema: el banco central.

Los bancos centrales no han hecho nada para terminar el ciclo de auge y declive. En cambio, sus inescrupulosas intervenciones en los mercados de crédito sólo prolongan el auge. Pero es un gran error asumir que llevar las tasas de interés del mercado a cero creará un auge perpetuo.