Y así comienza: la moneda digital se hace posible en nuestro futuro
Aunque a las autoridades monetarias y a los progresistas les gustaría que se implantara una moneda digital, es un paso atrás para la libertad monetaria.
Aunque a las autoridades monetarias y a los progresistas les gustaría que se implantara una moneda digital, es un paso atrás para la libertad monetaria.
Los bancos centrales del mundo se arriesgaron, todos juntos, y ahora los grandes riesgos que asumieron se están convirtiendo en pérdidas en todo el club de los bancos centrales.
Hace 26 años, el debate giraba en torno a la conveniencia de elevar la tasa de inflación objetivo de cero al 2%. Ahora nos dicen que debería ser del 4% o del 6%.
John Maynard Keynes se burló del dinero basado en el oro calificándolo de «reliquia bárbara», pero fue el oro el que permitió un largo régimen de dinero honesto —y el avance de la civilización.
Los progresistas afirman que el capitalismo es una forma de «darwinismo social». Mises entendía mejor.
Beijing debe de estar muy contento. Gracias a la «limitación de precios», el gigante asiático se asegurará un suministro a largo plazo a un precio atractivo desde Rusia y venderá productos refinados a nivel mundial con mayores márgenes.
La producción de energía en los EUA y en otros países tiene problemas debido al control gubernamental. Necesitamos más energía y menos regulación.
Durante casi dos décadas, las élites comerciales, académicas y políticas han difundido la ficción de que los bancos centrales pueden lograr la prosperidad imprimiendo más dinero. Los mercados desacreditan ahora ese cuento de hadas.
Incluso si aceptamos la dudosa afirmación de que la supuesta fuerza de la URSS justificaba la política nuclear, es absurdo hacer la misma afirmación sobre la Rusia moderna.
A los inversores no debería importarles si la Fed pivota o no si analizan las oportunidades de inversión basándose en los fundamentales y no en el gas hilarante monetario.