: Los economistas del gobierno «ajustan» los datos de forma estacional para responder mejor con recomendaciones políticas para hacer frente a los ciclos económicos. El problema es que el gobierno provoca los ciclos.
El profesor de leyes David Bernstein analiza el sistema de clasificaciones raciales en los EUA y explica por qué han sido perjudiciales.
Mientras las políticas de identidad basadas en la raza y el género dominan el panorama político, olvidamos que los intereses de clase pueden ser una poderosa herramienta para unir a la gente por una causa.
Barack Obama prometió «acabar con el hambre infantil» para 2015. Michelle Obama prometió acabar con la obesidad infantil. Desgraciadamente, ambas aumentaron en gran parte gracias a los programas de Obama. Hoy, el presidente Biden declarará la guerra al «hambre en América». Estén atentos.
Las élites europeas que impusieron las desastrosas restricciones del covid-19, junto con los regímenes de «energía verde» y las sanciones contra Rusia, están viendo ahora los resultados de sus políticas.
Mientras que la gente de los países pobres busca vivir en lugares como los EEUU por sus instituciones estables y su Estado benefactor, ¿podría la migración de personas de países estables a otros menos desarrollados mejorar la situación de esos países?
La NatCon expuso diversos puntos de vista de la derecha, en los que se abordaron las cuestiones más apremiantes a las que se enfrenta el mundo civilizado. Está por ver si el conservadurismo nacional se convierte en una fuerza para el bien o —como el fusionismo de antaño— en un recipiente para hacer crecer el régimen.
Dado que el gobierno es depredador, puede parecer irónico entonces utilizar el sistema político como medio para proteger la propia propiedad, la familia y los seres queridos. Pero hay ocasiones en las que esa estrategia tiene sentido.
A instancias de los Estados Unidos, Alemania y otros gobiernos europeos han impuesto sanciones a Rusia. En realidad, estos gobiernos han impuesto sanciones contra ellos mismos y sus ciudadanos.
La mayoría de las intervenciones gubernamentales en los tipos de cambio crean más problemas de los que resuelven. Las décadas perdidas de Japón son un excelente ejemplo de lo que puede ocurrir.
