Los partidarios de John Maynard Keynes todavía insisten en que era un liberal suave y benigno. En realidad, Keynes apoyaba al sangriento régimen soviético y se llamaba a sí mismo socialista.
Entre 1909 y 1913, Keynes fue el más importante defensor del imperialismo monetario británico en la India. Su fiel defensa del Imperio Británico en esos primeros años le permitió convertirse en el economista más influyente del siglo después de la guerra.
El maltusianismo de Keynes indica que tenía una comprensión defectuosa de la división del trabajo y de la ley de los rendimientos decrecientes. Más allá de eso, sus políticas demográficas revelan el totalitarismo inherente a la visión keynesiana.