Mercantilismo: ¿una lección para nuestros tiempos?
La inflación no benefició a los pobres; los salarios iban por detrás de la subida de los precios durante las inflaciones, especialmente por detrás de los precios agrícolas.
La inflación no benefició a los pobres; los salarios iban por detrás de la subida de los precios durante las inflaciones, especialmente por detrás de los precios agrícolas.
La economía keynesiana goza de la aprobación universal de las clases políticas. Pero todo el proyecto keynsiano debe ser abandonado si deseamos la prosperidad económica.
En su libro Never Let a Serious Crisis Go to Waste, Philip Mirowski diagnostica correctamente muchos problemas de la economía neoclásica. El lector pronto se da cuenta, sin embargo, que Mirowski no conoce la diferencia entre los economistas austriacos y los neoliberales.
Rifkin no acierta porque ignora la teoría del valor de Menger y el papel del empresario.
Hasta el día de hoy, la economía keynesiana no tiene respuesta a la Ley de Say.
El fascista habla de la Nación con una reverencia religiosa. Sólo hay que escuchar a Obama y a Hillary.
Perdura el mito de que después de que Hitler heredara un país asolado por la Gran Depresión en 1933, sus políticas agresivas dieron un vuelco a la nación y crearon una potencia económica. Pero la verdad es algo muy diferente. Se convirtió en una historia de racionamiento, escasez y miseria en el Tercer Reich.
Lew Rockwell examina los claros contrastantes sistemas del capitalismo y el fascismo, señalando las tendencias pro-fascistas en las últimas décadas, así como las tendencias históricas más grandes en los Estados Unidos e internacionalmente.