¿El socialismo protege derechos o los viola?
Continuando su examen del libro de Scott Sehon sobre el socialismo, David Gordon se pregunta si el socialismo viola los derechos de las personas. Gordon concluye que sí.
Continuando su examen del libro de Scott Sehon sobre el socialismo, David Gordon se pregunta si el socialismo viola los derechos de las personas. Gordon concluye que sí.
Se tiende a culpar a los medios sociales del malestar general del discurso público. En lugar de condenar esta forma de comunicación, hay que condenar el combustible que alimenta esta conflagración: la democracia.
Javier Milei ha comenzado su presidencia tomando medidas contra gran parte del vasto Estado benefactor argentino. Es de esperar que sea el comienzo de un mandato exitoso.
Las élites políticas y económicas americanas insisten en que deben tener autoridad sobre todos los demás. Mientras la gente se rebela, las élites no hacen sino redoblar sus exigencias originales.
Con los houthis en Yemen disparando contra barcos comerciales en el Mar Rojo, los EEUU está contemplando otro conflicto más en Oriente Medio. Como vemos una vez más, la agresión lleva a más agresión.
El concepto de Estado tiene más que ver con la visión del mundo de los antiguos filósofos griegos que con el Imperio romano. Podríamos aprender algunas cosas sobre no-estatalidad de los romanos.
Aunque los Estados Unidos no ha caído tanto económicamente como Argentina, lo cierto es que las políticas económicas actuales son ruinosas. Necesitamos que alguien como Javier Milei diga la verdad sobre lo que está ocurriendo.
El senador Joe Manchin dice que se retira debido a las divisiones legislativas que impiden al Congreso encontrar «soluciones» políticas a los problemas de la nación. En realidad, el Congreso está más unido que el pueblo al que supuestamente representa.
Aunque Israel recibe elogios por ser una «democracia» en un Oriente Medio no democrático, sus políticas de vigilancia son un reflejo de las de China, que decididamente no lo es.
Los gobiernos suprimen regularmente la libertad —pero pocos se quejan. Cabe preguntarse si se trata del síndrome de Estocolmo.