The Bubble that Broke the World

Garet Garrett

What caused the stock-market crash of 1929 and the Great Depression that followed?

This book blows away the conventional interpretations, not only in its contents but that the book exists at all. The Bubble that Broke the World was written in 1931. Author Garet Garrett ascribes the crash to the pileup of debt, which in turn was made possible by the Federal Reserve’s printing machine. This created distortions in the production structure that cried out for correction. So what is the answer? Let the correction happen and learn from our mistakes.

Such is the thesis of the great Garet Garrett. But take note: this book was a big seller in 1931. In other words, two years before FDR arrived with his destructive New Deal, ascribing the Depression to capitalism and speculation, Garrett had already explained what was really behind the correction.

We are still fighting an uphill battle to explain the true causes of stock-market crashes and economic recessions, especially the Great Depression. But here in this wonderful book is an actual contemporary account that spelled it out plainly for the world to see.

No more can we say that people back then could not have understood. Garrett told them. And thanks to this new edition of this classic and important work, he is telling us again today.

Bubble that Broke the World by Garet Garrett
Meet the Author
Garet Garrett

Garet Garrett (1878–1954) was an American journalist and author who was noted for his critiques of the New Deal and US involvement in the Second World War.

Mises Daily Garet Garrett
La obra engorrosamente titulada La teoría general del empleo, el interés y el dinero, ahora comúnmente abreviada como “La teoría general”, fue publicada en 1936. Probablemente ningún otro libro ha producido en tan poco tiempo un efecto comparable, escribe Garet Garrett. Ha coloreado, modificado y condicionado el pensamiento económico en todo el mundo. Sobre él se ha fundado una nueva iglesia económica, dotada de todas las propiedades propias de una iglesia, como una revelación propia, una doctrina rígida, un lenguaje simbólico, una propaganda, un sacerdocio y una demonología. La revelación, aunque brillantemente escrita, era, sin embargo, oscura y difícil de leer, pero donde cabía esperar que este hecho obstaculizara la difusión de la doctrina, tuvo un resultado opuesto y sirvió a los propósitos de la publicidad dando lugar a escuelas de exégesis y a interminables controversias porque nada podía resolverse. No había un estado de la sociedad en el que la teoría pudiera ser probada o refutada por medio de la demostración —ni lo hay todavía.
Mises Daily Garet Garrett
Un grande descubre a otro: Garet Garrett revisa dos libros de Ludwig von Mises en este ensayo recién descubierto de 1945. Garrett escribe: Ludwig von Mises escribe la tragedia en el lenguaje de la economía política. Hay en el hombre el mismo principio de frustración. Una vez, y quizás por primera vez, encontró el camino correcto. Partiendo de la filosofía social optimista del liberalismo del siglo XVIII, descubrió las soluciones del libre mercado, de la libre competencia, de la libre empresa privada —es decir, el capitalismo— y cómo, al mismo tiempo, poner al gobierno en su lugar. Después de eso, sólo tuvo que ir en línea recta hacia un mundo de paz y abundancia ilimitada. Durante un tiempo siguió en línea recta y se produjo el siglo XIX, en el que la libertad política y el bienestar material avanzaron juntos, inseparablemente y de forma maravillosa. Pero el gobierno, que había puesto en su lugar, comenzó a adelantarse a él, ofreciéndole hacer el bien y ayudarle en su camino.
Mises Daily Garet Garrett
Hay una larga historia de experiencia monetaria, escribe Garet Garrett. Nos dice que el gobierno es, en el fondo, un falsificador y, por tanto, no se puede confiar en él para controlar el dinero, y esto es cierto tanto para los gobiernos autocráticos como para los populares. El historial se ha acumulado desde la invención del dinero. Sin embargo, no se le cree. También hay una historia de la moneda sólida, y si sus lecciones son igualmente ignoradas, ¿qué se puede concluir sino que los engaños monetarios son, por alguna extraña ley de la locura, recurrentes e incurables? Hubo un siglo de dinero sólido. Durante los cien años que precedieron a la Primera Guerra Mundial, el gobierno apenas tocó el dinero más que para establecer normas de peso y medida, para establecer las leyes de responsabilidad y para autorizar a los banqueros. En ese siglo la riqueza del mundo aumentó más que en toda la época anterior del hombre económico.
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References

Boston: Little Brown, 1932