A lo largo del último año, expertos y columnistas se han visto obligados a seguir preguntándose por qué la economía europea está estancada y cayendo por detrás de la economía de los EEUU. Muchos de los que se hacen la pregunta son europeos. Un titular europeo reza «Por qué Europa se queda atrás respecto a los EEUU, y Le Monde nos dice que, en comparación con los Estados Unidos, «la brecha con el nivel de vida europeo nunca ha sido tan grande».
La brecha entre el nivel de vida de EEUU y el europeo es notable desde hace tiempo, y algunos países europeos ni siquiera están a la altura de los estados más pobres de los Estados Unidos. Es decir, cuando nos fijamos en medidas de renta, estados como Virginia Occidental y Misisipi se comparan favorablemente con países europeos como Francia, Italia y el RU.
Esto ha llevado a lo que algunos observadores de la macroeconomía internacional llaman la «Pregunta del Mississippi». La pregunta es más o menos así: «¿es mi país más pobre que el estado más pobre de Estados Unidos». El estado más pobre es presumiblemente Mississippi, y si tu país está peor que Mississippi, eso es una prueba de que tu país no tiene nada de lo que presumir en cuanto a su nivel de vida.
Merecida o no, la economía de Mississippi ha sido considerada por algunos como un referente de lo que no se debe ser, y la comparación se ha hecho más popular en la última década. Hace unos diez años, el periodista británico Fraser Nelson sugirió que si comparamos el PIB per cápita exterior entre los países europeos y los estados de EEUU, descubrimos que el Reino Unido es más pobre que Mississippi. Esta idea nunca ha sentado bien a los responsables políticos británicos, por supuesto, y la cuestión ha sido objeto de debate durante años, con expertos e investigadores sugiriendo diferentes medidas que nos ayuden a saber si el país X es o no efectivamente más pobre que Mississippi. En 2023, el Financial Times se planteó la cuestión y llegó a la conclusión de que el Reino Unido sigue siendo más rico que Mississippi, pero a duras penas.
De hecho, el lugar que ocupan el Reino Unido y otros países europeos en esta clasificación depende de la medida que se utilice. Por ejemplo, una comparación basada en el PIB per cápita, publicada por Euronews el mes pasado, muestra a Mississippi muy por delante del Reino Unido, Francia y la UE en general.
Por otra parte, este tipo de comparaciones han dado lugar a debates sobre si el PIB per cápita es o no una medida adecuada que refleje realmente la renta real con la que cuentan los residentes de un país o Estado.
Es una buena pregunta, pero, miremos donde miremos, las mediciones más «matizadas» también muestran que gran parte de Europa —incluidos los países comparativamente ricos del norte de Europa— suele situarse por detrás de los estados americanos más pobres. Incluso teniendo en cuenta las prestaciones sociales y los ingresos, estados norteamericanos como Mississippi, Luisiana y Virginia Occidental registran ingresos superiores a los de gran parte de Europa.
Renta media disponible
Muchos críticos de estas comparaciones internacionales señalan el estado benefactor y el gasto social supuestamente generosos de Europa como prueba de que no podemos limitarnos a comparar el PIB per cápita entre estos países. Se parte de la base de que si contamos las prestaciones sociales como ingresos, es evidente que los europeos estarán mucho mejor que los americanos. Después de todo, América no gasta casi nada en prestaciones sociales, ¿verdad?
Este razonamiento es erróneo en ambos sentidos. Los gobiernos de los Estados Unidos gastan abundantemente en programas de prestaciones sociales, razón por la cual encontramos que los EEUU gasta más de su PIB en programas de bienestar que el RU, Australia, los Países Bajos y varios otros Estados benefactores de estilo europeo. Es decir, los EEUU es, en general, como cualquier otro Estado benefactor del «Occidente rico».
Así pues, no resulta chocante descubrir que el gasto social en Europa no impulsa precisamente los niveles de renta europeos por encima de los americanos. Para obtener una medida concreta al respecto, podemos consultar la «renta media anual disponible equivalente» de la OCDE. (2021 es el año más reciente con datos completos.) La página de la OCDE ofrece una definición completa, pero tiene en cuenta los ingresos percibidos por prestaciones sociales: «La renta disponible es la renta de mercado (renta del trabajo y del capital) después de contabilizar las transferencias públicas en efectivo recibidas y los impuestos directos y cotizaciones a la seguridad social pagados».
Así que, una vez que tenemos en cuenta las prestaciones sociales y los impuestos, ¿dónde se sitúa los EEUU en general? Está muy cerca de la cabeza, con 46.625 dólares, sólo por detrás de Luxemburgo, con 49.748 dólares.

Fuente: Figura 4.1, Indicadores sociales de la OCDE.
Según esta medida, muchos de los países más grandes de Europa están muy por detrás de los Estados Unidos. La renta disponible de Alemania es el 76% de la de los Estados Unidos, y la de Francia el 65%. Gran Bretaña sale aún peor parada: la renta disponible del Reino Unido es sólo el 57% de la de los Estados Unidos.
Desgraciadamente, la OCDE no ofrece una comparación directa entre la renta disponible a nivel nacional y la misma medida a nivel de los estados de EEUU. Sin embargo, podemos hacer una estimación comparando la renta de los estados con la promedio de EEUU.
Para ello, utilizamos en primer lugar la medida de la renta media por hogar de la Oficina del Censo para 2021. Encontramos que los ingresos en Mississippi (48.716 dólares) fueron el 70% de los EEUU en general (69.717 dólares). Esto convierte a Misisipi en el estado con los ingresos más bajos, con Virginia Occidental, Luisiana, Arkansas y Alabama completando los cinco últimos puestos. En el otro extremo del espectro se encuentra Maryland (90.203 dólares), que alcanza el 129% de la media nacional. El gráfico muestra la distancia por encima o por debajo de la renta media de cada estado en comparación con la media nacional:

(Obtenemos resultados similares si consultamos otras medidas parecidas como la renta personal disponible o el gasto en consumo personal).
Sin duda, es plausible que los ingresos en Mississippi se sitúen en torno al 70% de la media nacional, y que estados como Maryland —y Massachusetts, Nueva Jersey y Nueva Hampshire— tengan ingresos significativamente superiores a la media nacional. Esto coincide con lo que vemos habitualmente en una variedad de medidas de consumo, pobreza y gasto en estos estados.
Ahora, volvamos a la medida de la OCDE de la renta media anual disponible equivalente. Según esta medida, la renta de EEUU es de 46.625 dólares. Si la renta de Mississippi es el 70% de la renta de todo EEUU según los datos del Censo, podemos estimar que el nivel de renta de Mississippi, ajustado a las cifras de la OCDE, es de 32.580 dólares. El gráfico siguiente muestra que este nivel de renta sitúa a Misisipi entre Suecia y Nueva Zelanda:

En este gráfico he incluido los cinco primeros y los cinco últimos estados de los EEUU en cuanto a renta. En todos los casos de los «cinco últimos», los estados de América más pobres se sitúan por encima del Reino Unido, España, Francia, Italia y el conjunto de la OCDE. Alabama, el quinto estado más pobre de EEUU, se sitúa por encima de los Países Bajos, Alemania, Dinamarca y Suecia.
En todo caso, estoy infravalorando la renta comparativa de los estados pobres de EEUU, porque no me he ajustado al coste de la vida relativamente bajo de esos estados. Es decir, en el caso de los EEUU, no hemos ajustado el poder adquisitivo como en las comparaciones a escala nacional (utilizando la PPA).
Entonces, ¿es Gran Bretaña más pobre que Mississippi? La respuesta parece ser afirmativa, y también lo es para muchos otros países europeos.
¿Por qué? Bueno, como hemos demostrado anteriormente, no es porque los Estados Unidos carezca de un Estado benefactor. Los EEUU tiene un Estado benefactor muy grande. Por otra parte, los EEUU una carga fiscal menor que la de la mayoría de los países europeos. Además, los americanos se benefician de la extensa zona de libre comercio que constituye América, la cual regula muy poco la circulación de bienes y servicios entre estados. En contraste, los estados europeos aún imponen muchas regulaciones al comercio transfronterizo. Por ejemplo, el FMI ha señalado que «las barreras internas de Europa equivalen a un arancel del 45 % sobre los bienes manufacturados y un impuesto del 110 % sobre los servicios». La regulación económica general también es ciertamente rigurosa en Europa.