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Acción humana fue posiblemente el libro más importante del siglo XX. Ayúdanos a difundir las ideas de Mises a más y más gente en el siglo XXI.
Acción humana fue posiblemente el libro más importante del siglo XX. Ayúdanos a difundir las ideas de Mises a más y más gente en el siglo XXI.
No es sorprendente que algunos estados de EEUU se enfrenten a grandes déficits entre el gasto presupuestado y los ingresos recibidos. Sin embargo, las bancarrotas estaduales se producen cuando los estados no pueden hacer frente a sus obligaciones de bonos.
La burbuja inmobiliaria lanzada por la Fed no sólo causó estragos en los mercados residenciales, sino que también ha distorsionado el mercado inmobiliario comercial. Y la situación está empeorando.
Pocos economistas —incluso los defensores del libre mercado— entienden qué causó la Gran Depresión. No, la Fed no causó la Depresión por no inflar la moneda. Por el contrario, fue la inflación de la Fed lo que provocó los desastrosos primeros acontecimientos.
Mark examina las crecientes posibilidades de guerra global y sus catastróficos resultados.
Como ha señalado Murray Rothbard, existe una importante distinción entre nación y Estado. La primera es una asociación voluntaria de personas, mientras que el segundo es coercitivo y depredador. Los progresistas, por supuesto, afirman lo contrario.
En el mejor de los casos, una CBDC es vigilancia disfrazada de moneda. El banco central dispondría de información precisa sobre el uso que haces de la moneda, tus ahorros, tus préstamos, etc.
Muchas de los negocios de alto vuelo que recibieron publicidad masiva resultaron ser la creación de una economía de burbuja. No todos los negocios son destellos en un sartén; muchas de ellas siguen siendo la columna vertebral de nuestra economía.
El colectivismo no es una ideología peligrosa sólo por su mala economía. También es peligrosa porque sus practicantes se dan cuenta de que la única forma de aplicarla es mediante la violencia descarada, y no tienen reparos en emplearla para salirse con la suya.
Muchos think tanks económicos sostienen que el gasto en defensa nacional beneficia a los americanos en general. Pero no es así. La idea de que el gasto militar «refuerza» la economía es otra fábula keynesiana.