Al igual que otros esquemas «antidiscriminación», la Ley de Igualdad es solo otra forma de extender el poder federal sobre cada institución privada y aspecto de la vida privada.
El capitalismo funciona bien en los países en desarrollo cuando se superan ciertos obstáculos culturales. Pero si ignoramos los fundamentos culturales de las instituciones de mercado, sólo conseguimos generar desprecio por el capitalismo.
Cada vez está más claro que las escuelas cristianas que aceptan fondos federales pronto tendrán que elegir entre abandonar esos fondos o abrazar por completo las opiniones de la clase dirigente sobre la política de género.
Los identitarios presentan una parodia de los derechos humanos: sólo los grupos aprobados son reconocidos como víctimas. Los individuos no aprobados se pierden en la balcanización a pesar de que, en última instancia, sólo los individuos sufren y claman por ayuda.
América está plagada de montañas de deuda, dinero barato y un banco central fuera de control. Pero la situación del Banco Central Europeo es aún más peligrosa.
En estos días se habla mucho de que la «transparencia» de la Fed puede aliviar los efectos de la política monetaria. Pero no es posible desinflar la gigantesca burbuja monetaria actual sin que se produzca un grave colapso económico, y una política de transparencia empleada por la Fed no puede...
Los globalistas saben que mientras los Estados soberanos tengan la capacidad de fijar sus propios tipos impositivos, los regímenes se verán tentados a realizar una «competencia fiscal» para atraer capitales. El remedio a este «problema» es una tasa impositiva mínima mundial.
El boicot de la Liga Mayor de Béisbol a Georgia sólo tiene sentido si confundimos a cada uno de los residentes de Georgia con el propio régimen. Pero en el mundo real la afirmación de que «somos el gobierno» siempre ha sido un sinsentido.