Algunos de los alborotadores del Capitolio son aparentemente culpables de crímenes reales como el asalto. O incluso intento de asesinato. Pero ninguno es culpable del «crimen» imaginario e inventado que es la «traición».
¿Apoyamos la «ocupación» de la Cámara del Senado como una expresión de justa ira por la sensación de que las elecciones fueron robadas? En realidad no, porque no logrará nada.
Hay pocas vacas sagradas en la política americana más veneradas que el New Deal. Sin embargo, el New Deal no hizo nada para poner fin a la depresión y aún hoy impacta negativamente en nuestra economía. Ahora nos dicen que Estados Unidos necesitan un nuevo New Deal.
El libro de MacMillan proporciona muchas ideas sobre la verdadera vileza de la guerra, aunque se pierde en algunas áreas peligrosas cuando acepta la errónea noción económica de que las guerras traen beneficios económicos a través del gasto gubernamental.
Los confinamientos ya han golpeado el mercado laboral de EEUU, y los esfuerzos para aumentar las regulaciones en nombre de la «protección de los trabajadores» sólo empeorará las cosas.
Aunque algunos conservadores insistan en que los liberales clásicos se oponen necesariamente a un orden social «centrado en Dios», los hechos históricos sugieren lo contrario.
En la mayoría de las economías, las existencias se valoran a precios de mercado, mientras que en China son valoradas por las autoridades y ajustadas posteriormente. Esta es sólo una de las muchas maneras en que China manipula los datos del PIB.
«Revertir un gobierno antiliberal... el principio que debe guiar el proceso es: No hay privilegios especiales, no hay comercio de privilegios especiales».