La Fed es insolvente, y eso significa que se rescatará a sí misma imprimiendo dinero. Para la gente corriente, eso significa inflación y un aumento del coste de la vida.
Los economistas keynesianos fantasean con que una economía de mercado no puede «ganar tracción» sin planes de «estímulo» por parte del gobierno. Al final, lo único que se estimula son la inflación y la recesión.
A pesar de la preocupación por que los «competidores» extranjeros superen la producción económica de los Estados Unidos, la innovación y el emprendimiento siguen siendo importantes aquí. Por ahora.
A los americanos se les suele decir que la empresa privada malgasta los recursos mientras que el gobierno los preserva. Las verdades económicas le dan la vuelta a esa cantinela.
La «excusa de los precios del gas» para la inflación se evaporará, y esa será la prueba clave para los bancos centrales. La «excusa de la cadena de suministro» ya ha desaparecido, al igual que el argumento de la «inflación transitoria».
La Fed está improvisando, pero la mayoría de los miembros del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) creen que sólo se prevén dos subidas de tipos más, y después volverán a inundar el mercado con dinero fácil.
A los inversores no debería importarles si la Fed pivota o no si analizan las oportunidades de inversión basándose en los fundamentales y no en el gas hilarante monetario.