Olvídate de ocuparte de tus asuntos. La nuestra es la era de la política invasiva, que exige que tomemos partido por mucho que nos gustaría que nos dejaran en paz.
Ahora sería un buen momento para dejar de fingir que el sector financiero es de «libre mercado» o que la inflación de los precios y las subidas del coste de la vida son de alguna manera culpa del «capitalismo».
Cuando la Unión Soviética se derrumbó hace más de treinta años, las élites políticas de EEUU y europeas trataron de aislar y amenazar a Rusia. El resultado ha sido guerra, destrucción y muerte, ninguna de ellas necesaria.
¿Recuerdas esas películas futuristas distópicas en las que los malvados intentan borrar electrónicamente a los héroes? Las compañías de medios sociales intentan recrear ese escenario.
Hace 26 años, el debate giraba en torno a la conveniencia de elevar la tasa de inflación objetivo de cero al 2%. Ahora nos dicen que debería ser del 4% o del 6%.
Los gobiernos exigen que haya una representación «proporcional» de las mujeres en profesiones que históricamente las mujeres han evitado. Esos esfuerzos no tendrán éxito.
Con demasiada frecuencia, la gente equipara su nacionalidad con un Estado concreto. Sin embargo, como señaló Mises, la nacionalidad no depende en absoluto de una entidad formal vinculada a un gobierno.