Por sí mismo, el fin del petrodólar no destruirá el dólar. Pero continuará una tendencia que debilita tanto el dólar como el poder del régimen de EEUU.
Estos días, la Fed y el presidente Jerome Powell reclaman el título de «combatientes de la inflación». El apodo más apropiado debería ser «inflacionistas».
Como escribió Murray Rothbard, la inflación no es un aumento de precios. Es, en cambio, un aumento de la oferta de dinero en circulación. La distinción es importante.
¿Cómo determinan las sociedades quiénes son sus héroes? Sabemos que, a menudo, quienes son considerados héroes en realidad empeoraron la situación de un país.
William Röpke, que huyó de la Alemania nazi en los 1930, ha realizado importantes aportaciones al análisis económico austriaco. No es sorprendente que rechazara el colectivismo como forma de organizar una economía.
Los americanos han defendido a menudo los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki como lamentables pero necesarios para poner fin a la Segunda Guerra Mundial. La realidad nos cuenta una historia muy diferente.