El izquierdismo partidista de gran parte de la industria tecnológica ha llevado a los conservadores a pedir la intervención del Estado en la esfera digital. La reciente compra de Twitter por parte de Elon Musk demuestra que esto era un error.
Ante las dificultades que se avecinan, los banqueros centrales y las instituciones globalistas van a exigir más poder para responder a la crisis que han creado. Bitcoin proporciona a sus oponentes políticos un arma contra ellos.
Las cuestiones sociales, desde el aborto hasta la teoría racial crítica, pasando por la enseñanza de la identidad de género en las escuelas primarias, dominan nuestra política y nuestros medios de comunicación.
Colonialismo, imperialismo, comercio injusto, etc. Los políticos africanos buscan en todas partes las causas de la pobreza y el caos de África, pero en el espejo.
Aquí estamos en 2022, preocupados por si las potencias nucleares más antiguas del mundo serán las que desencadenen una guerra nuclear global. No es Pakistán ni Corea del Norte ni la «proliferación». Son Washington y Moscú, una vez más.
Aunque a los economistas y a los periodistas les gusta decir que la inflación es de «X» por ciento, en realidad los índices de precios no miden la inflación con exactitud. En cambio, son construcciones estadísticas creadas para beneficiar al gobierno.
El año pasado, Joe Biden y su administración afirmaron que la inflación era «transitoria». Este año, Vladimir Putin tiene la culpa. El año que viene, Biden culpará a los negocios americanos. Y el ritmo continúa.