El verdadero problema de la inflación, bien entendida, es que es esencialmente una transferencia de riqueza desde las partes más productivas de la economía. Esto causa burbujas y fragilidad económica.
En última instancia, no necesitamos confiar en el gobierno (es decir, en que los «hombres del rey» vuelvan a armar a Humpty-Dumpty). La gente que actúa libremente en un mercado podría hacerlo todo por sí misma. Si tan sólo el gobierno les permitiera.
Aunque la oferta de dinero ha aumentado mucho, el crecimiento de la producción que lo acompaña ha permitido mantener durante mucho tiempo el actual sistema de inmenso aumento de la deuda.
Los eurócratas podrían conseguir mesas en sus restaurantes favoritos con más facilidad mientras los gobiernos nacionales se lo toman a pecho. Pero esta es una situación temporal que podría convertirse fácilmente en una amenaza contra la unión.
Los sistemas de pagador único restringen efectivamente el acceso y la calidad. Simplemente lo hacen imponiendo largos tiempos de espera, eliminando a los pacientes más costosos y restringiendo el acceso a las habitaciones del hospital.
Incluso si los responsables de la política de los bancos centrales pudieran implementar políticas sin errores, los esquemas monetarios de Milton Friedman y Robert Lucas no podrían asegurar un crecimiento económico estable.