Janet Yellen admite que subestimó la inflación, pero todavía no se da cuenta de que la inflación no son los precios más altos, sino el aumento del dinero fiat que obliga a subir los precios.
Las políticas monetarias persistentemente laxas siempre tienen efectos negativos sobre el crecimiento y la distribución que perjudican la estabilidad política. En casos extremos, se producen guerras civiles y conflictos armados entre países.
Un banco central cuyas políticas dan cabida al gasto deficitario irresponsable del gobierno federal es una amenaza para la sociedad, ya que desencadena fuerzas incontrolables.
Hace unos meses, la deuda nacional americana superó los 28 billones de dólares. Esta cifra es, sin duda, con la que suelen trabajar los economistas, pero ¿capta esta cifra una perspectiva a largo plazo?