Hace más de cuarenta años, Aleksandr Solzhenitsyn instó a sus compatriotas rusos a «no vivir de mentiras». En nuestra politizada época, sus palabras suenan más ciertas que nunca.
David Gordon continúa su análisis del libro de Graham Priest, Capitalism: Its Nature and Its Replacement. Aunque Priest no entienda ni el marxismo ni el capitalismo, su libro tiene ideas útiles.
Con demasiada frecuencia se nos dice que el empleo gubernamental equivale a autodesinterés y que trabajar con ánimo de lucro constituye codicia. Es hora de replantearse el significado de ciertas palabras.
¿Quién posee y controla la lengua? Debería haber una mayor conciencia y comprensión de la distinción entre evolución y corrupción, entre los cambios lingüísticos espontáneos y la imposición de la lengua al servicio de una agenda.