Los banqueros centrales siguen el «objetivo» de inflación en su búsqueda de la «estabilidad de precios». No es de extrañar que normalmente no alcancen sus objetivos —de forma bastante grave— y ahora estamos viviendo uno de esos momentos.
Ahora que la inflación es la más alta de las últimas cuatro décadas, las autoridades monetarias intentan un truco tras otro. Sólo el fin de los tipos de interés artificialmente bajos ayudará.