Los keynesianos afirman que la fuente del crecimiento económico es el gasto de los consumidores. Los austriacos saben que el ahorro neto es la clave de una economía en crecimiento.
Los economistas y las élites políticas afirman cariñosamente que el crecimiento económico se debe al aumento de los conocimientos tecnológicos. Esto sólo es cierto en parte.
Los gobiernos progresistas, en nombre de la equidad, piden que se graven las plusvalías. En realidad están exigiendo la destrucción del capital a través del consumo de capital.
Los economistas austriacos llevan mucho tiempo destacando la importancia de la preferencia temporal en la determinación de los tipos de interés y la dirección de la economía. He aquí más pruebas de por qué es cierto.
Durante casi dos décadas, las élites comerciales, académicas y políticas han difundido la ficción de que los bancos centrales pueden lograr la prosperidad imprimiendo más dinero. Los mercados desacreditan ahora ese cuento de hadas.
La previsible respuesta de la Fed a la inflación se basa en un pensamiento económico erróneo, común a los keynesianos. Sólo un enfoque de libre mercado puede reducir la inflación y restablecer los verdaderos tipos de interés del mercado.
Los economistas de la corriente dominante afirman que los datos por sí solos pueden explicar las acciones económicas. Los austriacos saben que sin teoría, los datos no explican nada.
Los keynesianos afirman que los recortes de impuestos son buenos porque ayudan a aumentar el gasto de los consumidores. Pero he aquí por qué esto no importa.